Opción
: Revista de Ciencias Humanas y Sociales.
Año 40 N° 105 (septiembre-diciembre 2024). pp. 15-33
Universidad del Zulia. Facultad Experimental de Ciencias
ISSN 1012-1587 / ISSNe: 2477-9385
Recibido: 02/04/2024
Aceptado: 05/05/2024
Semiótica y análisis discursivo para
formación de líderes*
Julio Urribarrí Fonseca **
RESUMEN
El artículo, aporta una interpretación conceptual para el análisis de la discursividad
social, simbólica y cultural, mediante la articulación de aportes provistos desde dife
-
rentes campos del conocimiento comunicacional para el proceso de formación de lí
-
deres emergentes. Aborda, ilustraciones del campo del análisis simbólico (semiótica),
así como la transferencia de dichos saberes, a través de la semiósis y la semiosfera, al
campo del
liderazgo político innovador, mediante un modelo para estudiar el impacto
estructural de las tecnologías sobre la sociedad, surgido del descubrimiento de que, to
-
dos los medios de comunicación y las tecnologías poseen una estructura lingüística. Al
mismo tiempo, brinda conceptos para identifcar escenarios semiológicos en el discurso
político y simbólico (semiosis), permitiendo determinar límites y posibilidades en el
contexto histórico de la política deliberativa, del poder comunicacional, del mensaje,
basado en la crítica a los medios de comunicación tecnológicos, con su papel en la praxis
política.
Palabras clave:
Semiósis, Semiótica, Discurso, Lingüística, Comunicación, Líder.
* Una versión en extenso, del presente artículo, “La Semiótica para el Análisis discursivo en la For
-
mación de Lideres Emergentes”, constituye una producción académica, fue presentado como tra
-
bajo de mérito, para optar el pase a profesor ordinario por el profesor Julio Urribarrí Fonseca, en
la escuela Ciencias políticas de la Facultad de Ciencias políticas, Administrativas y Sociales de la
Universidad Rafael Urdaneta URU. En Maracaibo el 14 de junio de 2023.
** Licenciado en Ciencias políticas y Administrativas. Universidad Rafael Urdaneta (URU). 2014. Ma
-
gister Scientiarum en Ciencia Política y Derecho Público, mención, Ciencia Política. Universidad
del Zulia 2019. Profesor universitario en LUZ y URU Activo. Doctorando en Ciencia Política, LUZ.
Analista político. Ex Diputado en la extinta Asamblea Legislativa del Estado Zulia (ALEZ), en dos
periodos: 1978-1983 y 1988-1993. Dos veces Concejal del Municipio Maracaibo 1984-1989 y 1993-
1996. Vicepresidente del Concejo Municipal. Correo:
juliourribarrix@gmail.com
ORCID:
https://
orcid.org/0009-0007-3847-5617
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Julio Urribarrí Fonseca
Semiotics and Discursive Analysis for Leadership
Training
ABSTRACT
Te article provides a conceptual interpretation for the analysis of social, symbolic and
cultural discursivity, through the articulation of contributions provided from diferent
felds of communicational knowledge for the process of training emerging leaders. It
addresses illustrations from the feld of symbolic analysis (semiotics), as well as the
transfer of such knowledge, through semiosis and the semiosphere, to the feld of in
-
novative political leadership, by means of a model for studying the structural impact
of technologies on society, arising from the discovery that all communication media
and technologies possess a linguistic structure. At the same time, it provides concepts
for identifying semiological scenarios in political and symbolic discourse (semiosis),
allowing for the determination of limits and possibilities in the historical context of
deliberative politics, communicational power, and the message, based on criticism of
technological communication media, with their role in political praxis.
Keywords:
Semiosis, Semiotics, Discourse, Linguistics, Communication, Leader.
INTRODUCCIÓN
La historia del estudio de la comunicación, posee diversos elementos en su
relación con otros campos conceptuales, de donde, comienza a importar prin
-
cipios constructivos, los cuales, van a ser más tarde, principios epistemológicos.
Por tanto, parte de esa historia, posee una relación con la semiótica, la cual, se
establece en un primer momento, como una fuente metodológica en los años
sesenta, a raíz de los trabajos de Algirdas Julien Greimas (1917-1992), relacio
-
nados con la semiótica narrativa.
En ese sentido, los trabajos relacionados con la cultura de masas, tema que
interesó e interesa, de forma relevante al campo académico de la comunicación,
también, aborda el alcance de la semiótica, como una disciplina importante para
el análisis del discurso en el proceso de formación de líderes emergentes. Por ello,
es importante resaltar que, los trabajos a los cuales se hace referencia, constitu
-
yen aportes fundamentales formulados por Peirce (1839-1914) Lotman (1922-
1993), Jurgen Habermas (18-6-1929), también, los de Mc Luhan (1911-1980)
y Vernadski (1863-1945).
Este primer elemento, determinó, la forma en la cual, los estudios de la co
-
municación, han volteado a ver a la semiótica, porque se ha visto en ella, una
herramienta perfecta para el estudio de los mensajes mediáticos. Desde esa pers
-
pectiva, dentro del proceso de formación de líderes, es inminente la utilización
de la semiótica, porque representa un ápice para el dominio en la vocería de los
líderes, así como para el desarrollo de habilidades discursivas. Por otro lado, al
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incorporar los trabajos periodísticos de Eco (1932-1916), se perdió gran parte
de la fundamentación propiamente semiótica, es decir, la fundamentación de la
comunicación y la cultura que se describen en este informe.
En efecto, el informe destaca, el papel asumido por Lotman en torno a los pos
-
tulados que cambiaron la semiótica cultural, entre ellos, su concepto de semiosfera
y de texto, e incluso, donde considera que, la cultura en su conjunto puede ser
respetada como texto organizado de forma compleja y se escinde en jerarquías de
textos, dentro de textos, armando una trama compleja con éstos. Asume la posi
-
ción, donde los signos, tienen un sentido sumergido en un
continuum semiótico
, el
cual llama semiosfera. De ese modo, el texto constituye todo el universo semiótico,
es un sistema complejo con varios códigos subyacentes, generando nuevos signif
-
cados interrelacionándose con el lector y con el contexto.
Por consiguiente, en un programa de formación de nuevos líderes, debe asu
-
mirse la estructura curricular pedagógica, como una estrategia continua y siste
-
mática, facilitando la integración de la semiótica, no sólo, como el estudio de
los signos, sino como un elemento de dominio cognoscitivo, por parte de los
participantes, para que puedan entender la signifcación, de poseer una visión de
la realidad social, de su propia realidad, abordando, a través del análisis del dis
-
curso, la elaboración de una comunicación política efectiva, capaz de interpretar
el conocimiento del entorno social, histórico, cultural y político.
A partir de allí, elaborar un mensaje, mediante un discurso claro, coherente,
convincente y descriptivo de la realidad para la formación de un liderazgo innova
-
dor, ajustado a los nuevos tiempos de la tecnología comunicacional, creando, a la
vez, una nueva información. Por esa razón, es necesario, la incorporación del aná
-
lisis discursivo, porque constituye un elemento clave, para el desarrollo de una ora
-
toria efcaz cónsona con los publicos hacia donde se dirige los mensajes, acercán
-
dose al hecho lingüístico, por parte de los nuevos líderes en proceso de formación.
1. SEMIÓTICA
Se defne como el estudio de los signos, de lo simbólico y de las relaciones
signifcantes, establecidas entre los distintos signifcantes del entorno humano.
Un signo (del griego s
emeîon
), es, todo lo que se refere a otra cosa (referente),
es la materia prima del pensamiento (semiosis), por tanto, de la comunicación.
En ese sentido, Lotman (1996), destaca en su contexto conceptual, un univer
-
so teórico que aporta elementos importantes al conocimiento de las relaciones
entre los seres humanos en una determinada cultura, denominándolo: “modelo
dinámico del sistema semiótico”.
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El primer gran aporte ofrecido al origen y evolución de la semiótica, lo en
-
carna los formulados por Ferdinand de Saussure (1857-1913), fue el primero
que hizo evidente la necesidad de crear la ciencia que, él mismo bautizó, como,
“Semiología” donde establece que la lengua es un sistema, y forma parte de una
red de signifcaciones comprendida dentro de un sistema más amplio, es decir, el
sistema de los símbolos (González, 2002).
Según Saussure, el problema lingüístico es ante todo semiológico, por ello,
todos los análisis deben su signifcación a ese importante hecho. Por tanto, si se
quiere descubrir la verdadera naturaleza de la lengua, hay que captar primero lo
que tiene en común con todos los demás sistemas del mismo orden. Con ello, no
solamente se instituye el problema lingüístico, “...sino que pensamos que consi
-
derando los ritos, las costumbres, etc., como signos, tales hechos aparecerán bajo
otra luz, y sentirá la necesidad de agruparlos en la semiología y de explicarlos por
las leyes de esta ciencia” (Zecchetto y col, 2000:20).
En torno a estos fundamentos, Lotman, inicia el tema sobre la relación ce
-
rebro-texto-cultura-inteligencia artifcial, asoma las posibilidades del loco y del
fantaseador para crear, porque “...la imaginación de éstos no tiene ningún tipo
de ataduras: es libre. De hecho, tal libertad le da al hombre la capacidad de crear
hasta máquinas que simulen el pensamiento humano (Lotman, 1999: 188).
Sobre la modelización de esa inteligencia artifcial, el autor aclara, que la
misma indefnición de lo que encarna el talento, difculta lo relacionado con
ese punto, porque en principio, se suponía que el mecanismo de la conciencia
individual era el único objeto inteligente del hombre. De allí, surgió la discu
-
sión: qué, pertenece a la conciencia como tal y qué a la conciencia colectiva.
Es decir, ¿ese dispositivo pensante se podrá obtener mediante la mera acumula
-
ción y combinación de conocimiento aislado o individual, o sólo se obtendrá un
apéndice perfeccionado de la inteligencia humana?
Para abordar resumidamente este aspecto, se debe considerar los tipos de
comunicación y de textos, presentes en la cultura humana. Al respecto, Lot
-
man plantea dos posibles situaciones: a) cuando el objetivo es transmitir una
información constante (reproducción) y b) cuando se busca producir una nueva
información (creación) (Lotman, 1999). Ambos modelos de comunicación, se
identifcan con cada situación.
En el primer caso, se tiene a un destinador, valiéndose del sistema lingüístico
para obtener un sentido codifcado, el cual aparece en un texto pasivo que llega
a un destinatario. Éste lo decodifca, mediante el mismo sistema lingüístico y
recibe el sentido inicial del texto (entrada igual a la salida). En ese sentido, el
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lenguaje genera y determina el texto. Es lo que el autor, llama modelo de comu
-
nicación “YO-ÉL” (Lotman, 1999).
En la segunda situación, se parte de un primer texto (T1), que precede al
lenguaje y estimula la aparición del mismo. Así, el emisor lleva a cabo lo que
Lotman llama: bloque de traducción no trivial (BTN) para generar una repre
-
sentación de ese texto (T1) que hace llegar al receptor, quien a su vez lo deco
-
difca (lee ese BTN) y crea un segundo texto (T2). A la par, este último servirá
como generador de nuevos mensajes y lenguajes (poliglotismo), de nuevo senti
-
do, pues a través de él, circulan mensajes externos y establece una relación entre
lo sistémico y lo extra sistémico. Es lo que el autor citado, denomina: modelo de
comunicación “YO-YO” (Lotman, 1999).
Desde esa perspectiva, la semiosis, constituye un instrumento para el cono
-
cimiento de la realidad, es cualquier forma de actividad, conducta o proceso que
involucre signos, incluida la creación de un signifcado, “...es siempre para Peirce
un proceso tríadico de inferencia mediante el cual a un signo (llamado represen
-
tamen), se le atribuye a un objeto, a partir de otro signo (llamado interpretante),
que remite al mismo objeto” (Vítale, 2004:10).
Actualmente, la semiótica es considerada la nueva epistemología, una ciencia
de ciencias, a través de la cual se pueden estudiar los más complejos fenómenos
u objetos de estudio. Gracias a su carácter multidisciplinario y a la gran cantidad
de herramientas que posee, así como su adaptabilidad, puede ser aplicada desde
los procesos más complejos, hasta las ocurrencias más mundanas.
Ahora bien, que hace a la semiótica tan versátil, principalmente por lo men
-
cionado anteriormente, ella estudia la relación tríadica entre el objeto, el referen
-
te y el interpretante, tres variables que deben estar presentes en cualquier fenó
-
meno, manifestación o acción humana, por tanto, al estudiarlas en su contexto,
ella puede dar una perspectiva integral sobre el objeto de estudio. De este modo,
“...ofrece una variedad de herramientas, técnicas y modelos que permiten abar
-
car diferentes campos de estudios desde la sociología a la lingüística, pasando
por la antropología, la semántica, la teología, etc”. (Garduño y Zúñiga, 2005).
2. SEMIÓSIS Y SEMIOSFERA
El concepto de semiosis y su discernimiento, se puede abordar mediante cua
-
tro factores, a) el vehículo del signo, b) el designatum, c) el interpretante y d) el
intérprete; estos componentes, permiten a su vez, la división de la semiótica en
tres ramas, 1) La sintaxis, corresponde al análisis de la relación existente entre los
distintos símbolos o signos del lenguaje, 2) La semántica, representa el estudio
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de la relación entre los signos y sus signifcados y 3) La pragmática, disciplina
que estudia la relación entre tales signos y los contextos utilizados por los usua
-
rios (Morris, 1982).
Al mismo tiempo, la teoría semiótica puede ser entendida bajo una doble
vertiente: 1) como disciplina autónoma, ocupada en el estudio de los signos y 2)
como instrumento de las demás disciplinas científcas, es decir, en su capacidad
analítica o en su competencia metalingüística. Al enunciar esta duplicidad, el
autor, da el paso defnitivo hacia la transformación de la retórica en pragmática.
(Morris, 1982).
Al caracterizar el proceso de semiosis, se reconoce la importancia de la con
-
cepción tríadica peirceana, especialmente, su carácter de mediación, se aleja de
ella al introducir un cuarto elemento, el intérprete. En ese sentido, Morris, liga
la noción de interpretante a la de intérprete, en ocasiones, defne el interpretante
como el hábito del organismo o del intérprete de responder, o también, consi
-
dera que, “el interpretante del signo, es parte de la conducta del individuo”. De
ese modo, se acerca al enfoque del pragmatismo de Peirce, el cual es formal y
abstracto (Morris, 1982: 134).
Desde ese enfoque, Lotman, plantea que todo el espacio semiótico puede
ser considerado como un mecanismo único (como un organismo). Entonces “...
resulta primario, no uno u otro ladrillito, sino el “gran sistema”, denominado
Semiosfera, que constituye el espacio semiótico fuera del cual, es imposible la
existencia misma de la semiosis” (Lotman, 1996:24). Este autor, considera a la
semiosfera, un organismo complejo, en constante desarrollo y evolución que
engloba toda las practicas signifcativas producidas por el hombre, sólo por la
existencia de esta (la semiosfera) dichas prácticas adquieren sentido, esto. lo ex
-
plica a través del ejemplo del ternero.
Así, pegando distintos bistecs, no se obtiene un ternero, pero cortándolo en
partes, se obtienen los cortes necesarios, es decir, sumando los actos semióti
-
cos particulares no se obtendrá un universo semiótico. Por el contrario, sólo la
existencia de tal universo, (Semiosfera), se podrá hacer realidad el acto sígnico
particular.” (Lotman, 1996:24). Según el autor, para que los signos tengan un
sentido, deben estar sumergidos en un
continuum
semiótico, al cual llamó se
-
miosfera basado en el concepto de biósfera de Vernadski (1863-1945).
En torno a este argumento, V. Vernadski (1863-1945), defnió la biosfera,
como un espacio completamente ocupado por la materia viva. Es decir, por un
conjunto de organismos vivos, sin embargo, esta primera defnición, sugiere un
pensamiento similar al que Lotman criticaba, del camino de lo simple a lo com
-
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plejo, se sugiere la importancia de cada organismo, cuya agrupación formaría
la biosfera. Pero la realidad es diferente, dado que, según Vernadski, la biosfera
tiene un carácter primario con respecto al organismo aislado, o sea, “...la materia
viva es considerada como una unidad orgánica pero la diversidad de su organiza
-
ción interna retrocede a un segundo plano ante la unidad de la función cósmica
de la biosfera” (Vitales, 2004: 112).
Se puede afrmar que, la biosfera tiene una estructura defnida, donde las in
-
terrelaciones siguen un patrón preestablecido que determina el rol de cada uno
de los elementos dentro de ella. Por consiguiente, “...el hombre, como se observa
en la naturaleza, así como todos los organismos vivos, como todo ser vivo, es una
función de la biosfera, en un determinado espacio-tiempo de ésta” (Vernadski
en Lotman, 1996: 23). Así, se observa que la característica fundamental de la
semiosfera es su carácter de sistema abstracto donde no resulta importante uno
u otro elemento, sino el universo semiótico global.
Entre los rasgos distintivos de la semiosfera, está presente su carácter de sis
-
tema, es su principal característica, pero más trascendental, son sus estructuras
intrínsecas, dado que el concepto mismo de una estructura semiótica, enmarca
el universo signifcativo e implica que existe un espacio dentro y uno fuera de
ella, es decir, un área sistémica, una extra sistémica y entre ellas una frontera, de
lo cual se infere que la semiosfera tiene un carácter delimitado.
Esa delimitación, no tiene como objetivo cerrar el sistema, si no delimitarlo,
lo concreta, lo conforma simultáneamente, por tanto, la función de la frontera es
precisamente enlazar, lo Interno con lo externo, porque una parte se encuentra
dentro, la otra esta fuera de la semiosfera. Para Lotman, la función de toda fron
-
tera y película, desde la membrana de la célula viva, hasta la biosfera, según Ver
-
nadski, recubre el planeta, hasta la frontera de la semiosfera, se reduce a limitar
la penetración de lo externo en lo interno, fltrarlo y elaborarlo adaptativamente.
En los diversos niveles, “...esta función invariante se realiza de diferente ma
-
nera. En el nivel de la semiosfera, signifca la separación de lo propio respecto de
lo ajeno, el fltrado de los mensajes externos y la traducción de éstos al lenguaje
propio, así como la conversión de los no-mensajes externos en mensajes, es de
-
cir, la semiotización de lo que entra de afuera y su conversión en información.”
(Lotman, 1996:26).
En la práctica, si la posición del observador es la que defne la localización
de la frontera de una cultura, es la dinámica intrínseca de los elementos de la se
-
miosfera los que vuelven variable a la estructura. Por tanto, la no homogeneidad
estructural del espacio semiótico, forma reservas de procesos dinámicos y es uno
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de los mecanismos para obtener nueva información dentro de la semiosfera, no
obstante, “...la creación de auto descripciones meta estructurales (gramáticas)
representa un factor que aumenta bruscamente la rigidez de la estructura y hace
más lento el desarrollo de ésta” (Lotman, 1996:30).
3. ANÁLISIS DISCURSIVO
El análisis del discurso, hace referencia a una disciplina, cuyo objeto de es
-
tudio es el discurso, esto es, el uso que, de la lengua, hacen los hablantes de una
región en situaciones determinadas. Es una disciplina transversal de las ciencias
humanas y sociales que estudia, sistemáticamente, el discurso escrito o hablado
como una forma del uso de la lengua, como un hecho de comunicación y de inte
-
racción, en sus contextos cognitivos, tanto sociales, políticos, e históricos como
culturales (Van Dijk, 1997
)
.
De este modo, la totalidad de enunciados de una sociedad, bien sean orales o
escritos, se convierte en objeto de estudio a nivel científco. El empleo del térmi
-
no se debe a Z. S. Harris (1909-1992), quien desde 1952, lo comenzó a utilizar
bajo una concepción distinta a como se entiende actualmente, donde hacía refe
-
rencia, desde los postulados del distribucionalismo americano, a la proyección
de los procedimientos propios de la gramática estructuralista a unidades supe
-
riores a la oración (Harris, 1988).
Puede decirse, siguiendo el criterio del autor citado, que los orígenes del análi
-
sis del discurso, se hallan en los primeros estudios que traspasan la oración como
unidad de análisis. Nace con dos cambios de enfoque: 1) El cambio de unidad de
análisis de la oración, al enunciado y 2) El paso de un estudio que toma la lengua
en un sentido virtual, abstracto, a un estudio que toma como objeto de estudio las
actuaciones concretas por unos interlocutores concretos (Harris, 1988).
En este artículo, se incorpora el análisis discursivo, porque constituye un ele
-
mento clave, para abordar el comportamiento de la oratoria como una manera
diferente de acercarse al hecho lingüístico, por parte de los nuevos líderes en
proceso de formación, lo cual constituye el objeto del presente informe. Esto, su
-
pone un cambio metodológico y de unidad de análisis, en el discurso moderno,
generalmente utilizado en la retórica del liderazgo emergente, sobre todo, por
quienes han decidido emprender, por iniciativa particular, la participación en la
política como una vocación profesional.
Cabe señalar que, los primeros estudios se llevan a cabo en universidades an
-
glosajonas, se centraron, sobre todo, en el análisis de la conversación, de ahí que
esta disciplina se considere como uno, de los puntos de arranque fundamental
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de la disciplina. Así, se llega a identifcar análisis del discurso con análisis de la
conversación, y se reserva el término de discurso, frente al de texto, para produc
-
ciones orales (Van Dijk, 1997
)
.
En ese orden, resulta conveniente manejar algunos aportes formulados por
Marshall Mc Luhan (1911-1980), porque la mayor parte de su investigación, se
basó en el estudio de los aspectos formales de la comunicación (lingüística), en
el proceso, descubrió una estructura denominada tétrade, donde todas las for
-
mas de comunicación asumen la siguiente caracterización: a) Intensifcan algo
en una cultura, al mismo tiempo, b) vuelven obsoleta a otras, c) recuperan un
factor dejado de lado, tiempo atrás y d) sufren una modifcación (o inversión)
cuando se las lleva más allá de los límites de su potencial. El resultado, es una
metáfora de cuatro partes.
Estas cuatro frases del tétrade, manifestan la vida cultural de un artefacto de
antemano, sea una computadora, una base de datos, un satélite o de una red de
medios globales de comunicación, al demostrar, cómo un uso totalmente saturado
podría producir lo inverso de la intención original. En el tétrade, puede verse la
comprensión simultánea o conocimiento integral. McLuhan lo inventó como un
medio para valorar el actual cambio cultural entre el espacio acústico y el visual.
En la actualidad, todo artefacto del hombre refeja el cambio entre estos dos
modos. En su obra
La Aldea Global
(1990), el autor citado presenta un modelo
para estudiar el impacto estructural de las tecnologías sobre la sociedad. Este
modelo, surgió a partir del descubrimiento de que todos los medios de comuni
-
cación y las tecnologías poseen una estructura lingüística. No sólo, son como el
lenguaje, sino que, en su forma esencial, son lenguaje, cuyo origen proviene de la
capacidad del hombre de extenderse a sí mismo, a través de sus sentidos hacia el
medio que lo rodea.
En realidad, el pensamiento de Mc Luhan (1911-1980), sobre la electricidad
y la tecnología es que éstas, se han convertido en una extensión de los sentidos,
en particular, la vista y la audición. Desde su punto de vista, la rapidez de los
medios de comunicación incide en la velocidad de los sentidos, a través de estos
medios como el teléfono, la televisión o la «Internet», el hombre está cada vez
más vinculado, permitiéndole conectarse con gente al otro lado del mundo con
rapidez, esto obliga a la dependencia de la tecnología de las comunicaciones.
Al respecto, crea la frase: “El medio es el mensaje” acuñada por él y le asigna un
signifcado, donde la forma de un medio, se incrusta en el mensaje, creando una
relación simbiótica en la cual el medio, infuye en el cómo, el mensaje pueda ser
percibido.
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A juicio del autor citado, un medio en sí mismo, no el contenido que lleva,
debe ser foco de estudio. Se dice que un medio afecta a la sociedad en la cual
juega un papel no sólo por el contenido entregado sobre el medio, sino también
por las características del propio medio. Para explicar claramente este postulado,
recurre a esta aseveración: «Cuando uno se ve por televisión, tal como lo he
hecho yo, se está dentro y fuera de uno mismo en forma simultánea.»
Estos aportes de Mc Luhan, infuyeron signifcativamente en la cultura
contemporánea por sus estudios sobre la naturaleza y efectos de los medios de
comunicación en los procesos sociales, el arte y la literatura, esta secuencia la
denominó intervalo resonante. El tacto es el intervalo o frontera resonante de
cambio y proceso, es indispensable para el estudio de los efectos tecnológicos
(Mc Luhan y Powers (1990).
Para los autores, la interconexión es la base de la relación entre el espacio
visual y el acústico. Gran parte de la confusión actual, proviene de la experiencia
divergente del hombre alfabeto occidental, por un lado, así como de su nuevo
medio de conocimiento simultáneo y acústico, por el otro. Parte de este proble
-
ma, proviene de una inadecuada comprensión de la naturaleza del arquetipo. Un
arquetipo posee un lado abierto y uno oculto (fgura y fondo). En estos casos, el
tétrade revela ambos. Los efectos ocultos de cualquier situación arquetípica son
los aspectos que realmente moldean la conducta.
Para Mc Luhan y Powers (1990), un artefacto llevado lo sufcientemente lejos
tiende a reincorporar al usuario, por ejemplo, los hunos, vivían sobre sus caballos
día y noche,
que fueron una confederación de tribus euroasiáticas, pueblos de
los más diversos orígenes, pero unidos por una aristocracia que, probablemente,
hablaba una lengua túrquica (constituyen una familia de lenguas emparentadas
y habladas desde Turquía y Europa oriental hasta Asia central). La tecnología
señala y enfatiza una función de los sentidos del hombre, al mismo tiempo, los
otros sentidos, se amortiguan, o caen en un desuso temporario.
Todos los modelos científcos occidentales de comunicación, son, al igual
que el modelo de Shanon-Weaver (1948), lineales, secuenciales y lógicos, como
una relación del énfasis, de la última etapa medieval sobre la noción griega de
la causalidad efciente. Se trata, de un modelo de comunicación, exactamente
derivado de una teoría de la información, pensada en función de la cibernética,
la cual, es el estudio del funcionamiento de las maquinas, especialmente, las elec
-
trónicas. Cuando Shannon, habla de información, se trata de un término con un
sentido completamente diferente al atribuido en general (noticias que a diario
ofrece la prensa, la radio y la TV). Se trata para él, de una unidad cuantifcable
que no tiene en cuenta el contenido del mensaje.
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Sin embargo, para Mc Luhan y Powers (1990), en la era eléctrica, se necesita
un modelo de comunicación, del hemisferio derecho del cerebro, para demos
-
trar el carácter «inmediato» de la información que se mueve a la velocidad de
la luz. Como la voz, la impresión, la imagen y los datos sensoriales proceden en
forma simultánea. Figura y fondo suelen estar en yuxtaposición en lugar de estar
en una relación secuencial. Por ejemplo, la conciencia del usuario de una base
de datos está en dos lugares al mismo tiempo: en la terminal y en el centro del
sistema.
En relación con la semiótica textual y discursiva, es importante señalar que,
esta se puede explicar, mediante la comprensión del comportamiento que asume
la cultura, en un momento históricamente determinado. La cultura, constituye
un conjunto de información no hereditaria de medios simbólicos de conserva
-
ción y transmisión, en tal sentido, “un dispositivo de la memoria colectiva no
genético, organizado y complejo” (Lotman
cit.
en Haidar, 2005).
Un dispositivo de orden semiótico que traduce e interpreta la producción y
reproducción texto cultural. De allí, el interés de Lotman por desarrollar una
noción de texto que responda a la necesidad de superar las defniciones lingüís
-
ticas más tradicionales, que lo entendían como la realización de un enunciado
en un cierto tipo de lenguaje. El examen cuidadoso de este concepto, dentro de
la semiótica de la cultura, arrojó, en primer lugar, la tesis donde se plantea que
un mensaje cualquiera puede defnirse como texto, siempre que esté codifcado,
por lo menos dos veces.
Para la escuela de Tartú-Moscú, (fenómeno que forma parte de la historia
de la ciencia semiótica del siglo XX y de la historia intelectual rusa), la lengua
natural es considerada el sistema modelizante primario por excelencia, ya que
contiene una “imagen general del mundo”, además de ser, el medio de comuni
-
cación más completo y desarrollado, en la medida en que constituye el ejemplo
modelo para la estructura sistémica de la cultura (Zylko, 2005).
La explicación de Zylko, resume la idea de la cultura, como texto o los textos
de la cultura, la cual, por naturaleza es políglota, se producen de acuerdo a los
sistemas semióticos que ella misma le provee, se resalta la acción de los partici
-
pantes mediada por artefactos, donde los mediadores funcionan como medios
por los que el individuo recibe la acción de factores sociales, culturales, históri
-
cos y actúa sobre ellos.
En este mismo orden, la propuesta realizada por Umberto Eco, en los años
sesenta, se basa en la idea de que la cultura por entero, es un fenómeno de signi
-
fcación y de comunicación, tiene como principal consecuencia, que tanto
hu
-
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manidad,
como
sociedad,
existan sólo cuando se establecen relaciones de signi
-
fcación y procesos de comunicación, es decir, la semiótica cubre todo el ámbito
cultural, por tanto, el conjunto de la vida social puede verse como un proceso
semiótico o como un sistema de sistemas semióticos.
Estas primeras consideraciones le permiten a Eco, plantear las tres hipótesis
referidas, a) “...la cultura por entero
debe
estudiarse como fenómeno semiótico;
b) todos los aspectos de la cultura
pueden
estudiarse como contenidos de una
actividad semiótica y c) la cultura es
sólo
comunicación,
no es otra cosa
que un
sistema de signifcaciones estructuradas” (Eco, 2000:44).
Para Eco (2000), la primera hipótesis convierte a la semiótica en una teoría
general de la cultura y, en un momento dado, en un sustituto de la antropología
cultural. Sin embargo, el reducir toda la cultura, a comunicación, no signifca re
-
ducir la vida material a una serie de acontecimientos mentales puros, es decir, no
quiere decir que la cultura sólo sea comunicación, sino que ésta puede compren
-
derse mejor, si se estudia e investiga desde el punto de vista de la comunicación.
Por su parte, la segunda hipótesis implica tan sólo una posibilidad, una forma
de aproximación al fenómeno de la cultura. Por último, la tercera hipótesis es la
más seria, porque implica a la semiótica, no como forma de aproximación, sino
como forma de estructuración, como elemento de organización y confguración
de la cultura. Aunque, Eco, reconoce esta tercera hipótesis como la más radical,
su desarrollo posterior parece transitar en este sentido, es decir, más que en el
análisis, en la construcción de un modelo semiótico de la cultura. De esta forma,
lo que emerge al fnal es, implícitamente, una forma especial de comunicación.
4. RACIONALIDAD COMUNICATIVA
A pesar de poder ser considerada como un tercer modelo de democracia, la teoría
discursiva habermasiana, asume elementos, tanto de la concepción liberal, como de
la concepción republicana, los integra, en el concepto de un procedimiento ideal
para la deliberación y la toma de decisiones.
De ese modo, comunicación y cultura
son dos conceptos compartidos, tanto por la semiótica como por los estudios de la
comunicación, sin embargo, ambos espacios no sólo hablan de cosas diferentes, sino
que las construyen de manera diferente (Garduño y Zuñiga, 2005).
Para algunos autores, la semiótica comenzó considerándose como la Cien
-
cia de la comunicación, esto la llevó a producir sus propios modelos sobre la
comunicación y a construir una compleja tipología de la cultura, pero, al plan
-
tear como uno de sus ejes centrales a la comunicación, estaba implícitamente,
construyendo un puente con otras ciencias, que, de alguna manera, también tra
-
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bajaban con el objeto comunicación, como la biología, la física, la psicología y,
por supuesto, con los estudios de la comunicación. El vínculo es, entonces, la
refexión sobre el
objeto
comunicación de la que devienen modelos explicativos,
tanto de la semiótica, como de los estudios de la comunicación.
Sin embargo, en el proceso de intercambio conceptual, los estudios de la co
-
municación han tendido a ignorar las particularidades de la semiótica al importar
conceptos aislados de sus contextos teóricos de enunciación, lo cual ha tenido como
consecuencia principal, investigaciones donde se mezclan autores, teorías y concep
-
tos que la semiótica mantiene, por criterios epistemológicos, separados. Por ejemplo,
al incorporar el concepto de cultura o la conceptualización de la comunicación del
dominio semiótico, los estudios de la comunicación han tendido a ignorar las parti
-
cularidades constructivas de los sistemas conceptuales de donde los extraen.
En este sentido, la dinámica de la interacción humana, constituida como entre
-
lazamiento de perspectivas, permite la emergencia del ‘nosotros’, el control refexi
-
vo de los comportamientos, traducidos en la posibilidad de adoptar y comprender
los diferentes puntos de vista, implicados en el proceso social de la comunicación,
tanto a nivel de los entes públicos como dentro del mismo espacio público.
Así, la asunción y reconocimiento del papel del otro, lo cual constituye un
salto cualitativo respecto de la concepción funcionalista asumida por el modelo
de adopción de roles de la escuela de Michigan (role taking); sienta la base de lo
que, se puede denominar una ética de signo intersubjetivamente universalista,
pero de contenido material, que brinda las claves, tanto del juicio crítico, nivel
donde se establece una reciprocidad de perspectivas, como de la solidaridad, en
-
tendida como actitud moral asumida libremente por el sujeto a través de la cual
se confgura un espacio compartido.
Bajo estas premisas, el poder comunicativo ha de confgurarse, en un primer
momento, como una práctica emancipadora, sustentada en el fomento de la so
-
lidaridad, del respeto mutuo, del ejercicio de la crítica, así como en la valoración
de la racionalidad comunicativa del discurso propio y del ajeno. En un segundo
momento, como el medio facilitador para la incorporación activa de los ciuda
-
danos a la vida pública, en un proceso que conllevaría necesariamente a la de
-
mocratización de las relaciones humanas (Habermas, en Hengsterberg, 1990).
Para el autor citado, esta doble secuencia, que corresponde a los cometidos
de la ética del discurso y de la praxis política, no es otra cosa que el desglose de
un único proceso formativo del género humano, en modo alguno lineal o anti
-
cipable, sino discontinuo, impredecible, conformado a través de múltiples me
-
diaciones, orientado primariamente a fomentar, siempre dentro del contexto de
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la interacción social, la capacidad refexiva del sujeto y la defnición de su propia
identidad, desde esta auto constitución moral para utilizar una expresión de M.
Foucault (1926-1984), hacia el desarrollo de un sujeto-ciudadano.
5. FORMACIÓN DE NUEVOS LÍDERES
La formación, es el proceso de educación continua, sistemática o de civilización
que se expresa en los dos signifcados de cultura, entendida, por un lado, como un
proceso de educación continua, y, por otro lado, como un sistema de valores vigen
-
tes socialmente aceptados. De este modo, “...formación va precedida de un sistema
de información, tanto a nivel tecnológico como sociocultural, porque toda forma
-
ción es, ante todo, un concepto pedagógico” (Abbagnano, 1986: 133).
En este sentido, la formación ciudadana, individual y colectiva exige infor
-
mación dentro de un contexto de las nuevas tecnologías de las comunicaciones
e igualmente de todas las tendencias ideológicas e incluso de las informaciones
manipuladas, para que cada ciudadano, con su formación constitucional y con
la de tipo social cultural en el proceso educativo, sea capaz de juzgar, criticar e
incluso elogiar las actuaciones y resultados de ese proceso para lograr la efcacia
política de los entes y de los protagonistas (actores) de la vida pública.
Al respecto, es necesario aclarar la formación política, porque purifca el
panorama de las relaciones de poder en la sociedad, que inevitablemente bus
-
ca sacralizar la relación mando-obediencia. Gracias a ésta formación, se puede
identifcar a los verdaderos factores de poder, los poderes fácticos de la sociedad,
y así poder desentrañar porque, unos mandan y otros obedecen, unos, son in
-
cluidos y otros son excluidos, unos son ricos o poderosos pero la gran mayoría
son pobres, débiles y vulnerables al extremo.
En efecto, es un proceso que debe acompañar la tarea educativa, cuando se asu
-
me con seriedad un proyecto democrático, porque la democracia solamente,
puede
gestarse efectivamente, cuando rescatamos a plenitud toda la tarea del desarrollo hu
-
mano, permitiendo incorporar a la persona humana, en el proceso civilizatorio para
construir ciudadanos haciendo posible la convivencia fraterna y democrática. La
democracia está profundamente emparentada con la vigencia plena de los derechos
humanos y con el efectivo ejercicio de los mismos. Al respecto, Anna Arendt (1906-
1975), decía que: “ser ciudadano es tener derecho a todos los derechos”.
Si se entiende por formación política la necesaria capacidad para manejar infor
-
mación política es, asimismo, información jurídica, no del derecho natural, sino
del derecho a partir de la Constitución Política y del resto del ordenamiento jurí
-
dico el que normará los actos políticos de los ciudadanos (Alcántara Sáez, 2001).
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En base a esta concepción, es menester manejar el criterio básico de lo que
se considera un nuevo líder. En este caso, se debe enfatizar en el desarrollo de
habilidades, destrezas, conocimientos, orientados a un cambio de actitud de los
jóvenes que desean, por iniciativa propia, incursionar en el campo de la práctica
política, o iniciados en esa actividad, por organizaciones politicas.
Por tanto, para establecer, como punto de partida, la identifcación del tipo
de ser social, al cual van dirigidos los esfuerzos del proceso de formación, como,
por ejemplo, de ‘lideres’, de ‘cuadros políticos’, de ‘funcionarios’ o de ‘ciudadanos’,
se debe concentrar con claridad, con transparencia y con pedagogía política el
propósito de todo esfuerzo institucional programado. Partiendo de esto, Mon
-
tenegro (2011), plantea que al respecto, se evidencian dos cosas:
No hay ambigüedad: La formación cuando se concibe como un aspecto for
-
malizado desde el aparato escolar, asume desde el principio, un claro propósito
político e ideológico, porque busca poner en la práctica social de los individuos,
ideas nuevas integrando las partes en un todo coherente y bien coajustado.
No hay dispersión: La formación de nuevos líderes debe concentrar sus es
-
fuerzos de una manera sistemáticamente viable, factible en el tiempo que permi
-
ta alcanzar los resultados esperados alineados en base a la creación de un nuevo
ser social, cuya consciencia social le facilite una sensibilidad humanista, creativa,
innovadora acerca del cambio, de las transformaciones de las estructuras vigen
-
tes, con una vocacion en defensa del sistema democrático, creando a la mayor
velocidad posible la mejor calidad de vida y de un nuevo tipo de ciudadano del
cual Venezuela, todavía carece.
Cuando se establece que se desea formar un ‘nuevo tipo de ser social’, no se re
-
fere exclusivamente, al manejo adecuado de contenidos programáticos (asunto
que también tiene que alcanzarse con la mayor calidad posible), sino además, lo
-
grar un militante realmente implicado con la libertad, inteligente, apto, resolu
-
tivo, propositivo, entusiasta, comprometido con la justicia social, creativo, leal,
responsable, honesto, los cuales constituyen valores fundamentales del Estado
de Derecho y por ende de los derechos humanos de la civilización.
CONCLUSIONES
En el artículo expuesto, se pueden derivar seis conclusiones fundamentales,
partiendo de una concepción pedagógica, como es, 1) la formación, 2) el aporte
formulado por Lotman, sobre la relación cerebro-texto-cultura-inteligencia ar
-
tifcial, 3) uso e interpretación de la semiología dentro del campo de las signif
-
caciones, 4) la semiótica, como aporte epistemológico en el campo de la comuni
-
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cación, 5) se aborda la semiosis y semiosfera para defnir la sintaxis, la semántica,
la pragmática y fnalmente, 6) se interpreta el análisis discursivo como elemento
pedagógico en la formación de líderes emergentes.
La formación, como proceso pedagógico continuo y sistemático, constituye
una acción directa que facilita el desarrollo de habilidades y destrezas en los líde
-
res y nuevos líderes, sobre todo, los dedicados al ambito de la acción política, en
efecto, para formarlos adecuadamente, es necesario, capacitarlos en un conoci
-
miento de la responsabilidad que tienen frente a la sociedad, la cultura, la histo
-
ria, la democracia como sistema. Por esa razón, deberán conocerse a si mismos,
al entorno, y a los grupos de interés y de poder dentro del cual se desenvuelven.
El aporte formulado por Lotman (1999), sobre la relación cerebro-texto-cul
-
tura-inteligencia artifcial, establece un nuevo paradigma en el campo de la co
-
municación tecnológica, resaltando la libertad que le da al hombre la capacidad
de crear, hasta máquinas, que simulen el pensamiento humano, fortaleciendo el
proceso de formación de líderes. De hecho, este argumento de vanguardia, sien
-
ta las bases para lo que hoy se conoce como inteligencia artifcial (IE), que, en el
contexto de las ciencias de la computación, es una disciplina y un conjunto de
capacidades cognoscitivas e intelectuales expresadas por sistemas informáticos.
Por su parte la semiología, ciencia iniciada por Ferdinand de Saussure (1857-
1913), hizo evidente la necesidad de crear esta ciencia, donde establece que la
lengua es un sistema, y forma parte de una red de signifcaciones comprendida
dentro de un sistema más amplio, es decir, el sistema de los símbolos, dando
paso, a la interpretación de la lingüística, desde esa perspectiva, la formación del
nuevo líder, debe abordar esta disciplina para la complementación de las cuali
-
dades de conocimiento y comunicación política.
La semiótica es considerada la nueva epistemología, una ciencia de ciencias,
a través de la cual se pueden estudiar los más complejos fenómenos u objetos de
estudio. Puede deducirse, que, estos tres procesos, percepción, información y
signifcación, correlativos a señales, signifcantes y signifcados, constituyen las
bases de los procesos cognitivos, pues ellos determinan las sucesivas operaciones
intelectuales de simplifcación, acumulación, abstracción, análisis e interpreta
-
ción. Los procesos enunciados, entran en juego durante el proceso de formación
de líderes, pero al mismo tiempo, se expresan en la acción política y la oratoria
desarrollada por el líder, una vez, capacitado.
La semiosis, se puede abordar mediante el signo, el designatum, el interpre
-
tante y el intérprete; esto, conlleva a nuevos elementos que se pueden abordar
a través de la semiótica, mediante la sintaxis, la semántica, la pragmática, que
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según Morris (1982), estudia la relación entre tales signos y los contextos uti
-
lizados por los usuarios. Como disciplina para la formación y el aprendizaje, se
puede utilizar para el desarrollo cognoscitivo de los participantes en el proceso
de formación de líderes.
Los rasgos distintivos de la semiosfera, está presente su carácter de sistema,
es su principal característica, pero más trascendental, son sus estructuras intrín
-
secas, dado que el concepto mismo de una estructura semiótica, enmarca el uni
-
verso signifcativo e implica que existe un espacio dentro y uno fuera de ella, es
decir, un área sistémica, una extra sistémica y entre ellas una frontera, de lo cual
se infere que la semiosfera tiene un carácter delimitado.
El análisis del discurso es una perspectiva teórica y metodológica que, estudia
la conversación y el texto en contexto. Es decir, estudia el discurso como un su
-
ceso de comunicación, o una interacción verbal, junto con los elementos que lo
circundan, ya sea aquellos propios del acto comunicativo en sí, o los relacionados
con sus condiciones de producción y recepción. Por tanto, aunque, tiene una
génesis lingüística, se utiliza en diversas disciplinas de las ciencias sociales, tales
como historia, ciencia política, antropología, sociología, periodismo, comuni
-
cación, entre otras.
Si se pretende explicar qué es el discurso, no bastaría analizar su estructura
interna, las acciones que se desarrollan o las operaciones cognitivas involucradas
en el uso del lenguaje. Para hacerlo, se debe dar cuenta del discurso como acción
social, dentro de un marco de comprensión, comunicación e interacción que, a
su vez, forma parte de estructuras y procesos socioculturales amplios.
El análisis, puede aplicarse a signos lingüísticos (lengua oral y/o escrita) y/o
semióticos (gestos, postura del cuerpo, pronunciación, entonación, énfasis, imá
-
genes, colores, distribución espacial). El primero es un análisis centrado en las
estructuras sintácticas y gramaticales, el segundo, considera las prácticas discur
-
sivas e interacciones que se producen en torno, al discurso.
El análisis del discurso, puede entenderse como una designación amplia, para
referirse al conjunto de disciplinas, cuyo objeto de estudio es el uso lingüístico
de modo contextualizado, parece haber consenso a la hora de considerar las di
-
ferentes disciplinas que pueden englobarse bajo la denominación de análisis del
discurso. Cabe destacar, entre ellas, la etnografía de la comunicación, el análisis
de la conversación, así como la pragmática, la teoría de la enunciación y la lin
-
güística textual, son útiles para ser utilizados en la estructura curricular pedagó
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gica durante el proceso de formación de líderes.
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