Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXXI, No. 3, Julio-Septiembre 2025. pp. 542-552

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

Como citar: Díaz, R. M., Esquivel, J. A., Cuadros, L. E., y Cuadro, L. D. (2025). Relación entre inteligencia emocional y pensamiento crítico en contextos educativos: Conexiones fundamentales. Revista De Ciencias Sociales, XXXI(3), 542-552.

Relación entre inteligencia emocional y pensamiento crítico en contextos educativos: Conexiones fundamentales

Díaz Zavala, Rocío Marivel*

Esquivel Las Heras, Janeth Amparo**

Cuadros Paz, Luis Ernesto***

Cuadros Linares, Luis Dugasvili****

Resumen

Las conexiones fundamentales de la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en el contexto educativo peruano, son habilidades esenciales en el desarrollo académico y personal de los estudiantes, que les permite gestionar sus emociones y analizar la información de manera reflexiva. En este contexto, el objetivo de la investigación fue determinar la relación entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en estudiantes de secundaria de una institución educativa de Arequipa-Perú. La metodología aplicada fue el enfoque cuantitativo, de tipo básico y descriptivo, con un diseño no experimental y transversal. La muestra estuvo conformada por 70 estudiantes de tercer año de secundaria, seleccionados mediante muestreo censal y probabilístico simple aleatorio. Se utilizó la encuesta como técnica y el cuestionario validado como instrumento de recolección de información. El análisis de datos se realizó con el programa estadístico SPSS, aplicando el coeficiente de correlación de Pearson. Los resultados, demuestran que la inteligencia emocional permite a los estudiantes gestionar eficazmente sus emociones; mientras que el pensamiento crítico favorece el análisis y la toma de decisiones, contribuyendo al desarrollo integral de los educandos. Se concluye que existen conexiones fundamentales de la inteligencia emocional y el pensamiento crítico que son estimuladas en los ambientes educativos.

Palabras clave: Inteligencia emocional; pensamiento crítico; emociones; estudiantes; toma de decisiones.

*        Doctora en Administración. Docente Investigadora en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Arequipa, Perú. E-mail: rdiazz@unsa.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3745-528X

**      Magister en Gestión y Administración Educativa. Docente Investigadora en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Arequipa, Perú. E-mail: jesquivel@unsa.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6952-0491

***    Doctor en Educación. Doctor en Ciencias Empresariales. Docente Investigador en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Arequipa, Perú. E-mail: lcuadrosp@unsa.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7508-0162

****  Doctor en Educación con mención en Gestión y Ciencias de la Educación. Magister en Administración Estratégica de Empresas. Docente Investigador en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, Arequipa, Perú. E-mail: lcuadrosl@unsa.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0634-9409

Recibido: 2025-03-06 • Aceptado: 2025-05-24

Relationship between emotional intelligence and critical thinking in educational contexts: Fundamental connections

Abstract

The fundamental connections between emotional intelligence and critical thinking in the Peruvian educational context are essential skills for students’ academic and personal development, enabling them to manage their emotions and analyze information reflectively. In this context, the objective of this research was to determine the relationship between emotional intelligence and critical thinking in secondary school students at an educational institution in Arequipa, Peru. The methodology used was a quantitative, basic, and descriptive approach, with a non-experimental and cross-sectional design. The sample consisted of 70 third-year secondary school students, selected through census and simple random probability sampling. A survey was used as the technique and a validated questionnaire as the data collection instrument. Data analysis was performed using SPSS statistical software, applying the Pearson correlation coefficient. The results demonstrate that emotional intelligence enables students to effectively manage their emotions; while critical thinking fosters analysis and decision-making, contributing to the comprehensive development of students. It is concluded that there are fundamental connections between emotional intelligence and critical thinking that are stimulated in educational environments.

Keywords: Emotional intelligence; critical thinking; emotions; students; decision-making.

Introducción

La siguiente investigación se basa en comprobar si existe relación entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico, los cuales son dos aspectos altamente estudiados en la actualidad, cómo efecto de la coyuntura mundial educacional, pues cada vez más se requiere la formación integral de estudiantes que estén capacitados para dar respuesta a las necesidades y demandas actuales. Las emociones son el elemento central para desarrollar integralmente a las personas teniendo una importante influencia en la manera en que se determinan los vínculos en el medio en el que se desarrolla y el pensamiento crítico propicia las probabilidades de identificar y reconocer situaciones para ampliar el conocimiento (Yepes, 2017; Luna-Ccoa, 2021; Cárdenas-Oliveros et al., 2022; Pedraja-Rejas y Rodríguez, 2023).

Por su parte la inteligencia emocional es un aspecto que permite la comprensión de distintas transformaciones emocionales del medio en donde el hombre se desenvuelve (Romero et al., 2022; Córdova et al., 2023). De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2017) la inteligencia emocional permite el reconocimiento de las propias emociones, manejando distintas adversidades y tensiones que se dan en el día a día, conforme con la cooperación entre las personas y teniendo una conducta más social y empática que mejora el desarrollo personal.

De hecho, Quilieano y Quilieano (2020) señalan que las emociones se han observado con detenimiento como contradictorias o discordantes debido al estrés generado, bajo una visión que, anteriormente se asumía como un elemento perturbador de la inteligencia. Puertas-Molero et al. (2020), señalan que el debate de la inteligencia emocional actualmente es sujeta de grandes discusiones científicas siendo cuestionada por muchos críticos.

Según Akbarilakeh et al. (2018), el pensamiento crítico y la inteligencia emocional son elementos determinantes para la superación personal, relacionado con el rendimiento académico y el buen desempeño. El adecuado abordaje de la inteligencia emocional amerita conceptualizaciones que consideren la habilidad de los individuos de comprender, sentir, cambiar y manejar sus estados de ánimo, entendiendo los sentimientos de otros; esta habilidad les permitirá identificar emociones, así como manifestarla pretendiendo un equilibrio emocional y saludables relaciones sociales (Urdaneta y Morales, 2021); lo emocional para la educación, es crucial en el proceso educativo, lo cual mejorará la eficacia y la calidad del aprendizaje; sin embargo, solo se prioriza el aspecto cognitivo siendo requerido dar apertura y cabida al componente emocional.         

Destacar el pensamiento crítico permite la descripción deliberada e intencional del pensamiento, empleando elementos fundamentales y pretendiendo lograr el efecto esperado; la interpretación de este será básico para llevar a cabo un juicio y generar diversas conclusiones haciendo las prácticas en las acciones complejas y cotidianas.

Por su parte, Yılmaz-Özcan y Tabak (2019), señalan que es relevante la priorización del pensamiento crítico entre los estudiantes para que tengan una adaptación adecuada en su rendimiento académico, que promuevan transformaciones en la sociedad solucionando distintos tipos de problema y empleando un enfoque científico y crítico de forma congruente para ello; de manera que el pensamiento crítico no debe concebirse como un detalle desde la educación, es considerado un elemento trascendental en el proceso educativo teniendo un potencial rol en la formación del educando (Deroncele-Acosta et al., 2020).

En el contexto educacional, convergen por un lado el pensamiento crítico y por el otro la inteligencia emocional desde un enfoque integrador, con el que se valora a los estudiantes, de manera que estás variables pueden presentar una relación direccional similar, comprendiendo que los procesos cognitivos y las emociones no pueden estar tomadas de manera aislada, puesto que, tales procedimientos se propician paralelamente. La inteligencia emocional y el pensamiento crítico presentan una directa relación, debido a que, como su nombre lo indica es una forma de inteligencia basada en las emociones, tomando en consideración los propósitos principales de los centros educativos, centrándose en la formación integral del educando erradicando los modelos arcaicos que priorizaban el conocimiento para dar mayor énfasis a las competencias.

De allí entonces la importancia de llevar a cabo investigaciones que valoren y determinen la relación estadísticas de ambas variables, es por ello que a través de este estudio se planteó el objetivo general de identificar la relación entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en estudiantes de secundaria de una institución educativa de Arequipa en Perú, tomando en cuenta la relevancia que posee el componente emocional para el desarrollo y evolución del pensamiento crítico, pues la inseguridad personal, el poco control de las emociones, la conciencia propia, la baja sintonía y empatía, propician discusiones negativas sin tener un debate sano.

En la actualidad, el desarrollo integral de los estudiantes requiere no solo la adquisición de conocimientos, sino también el fortalecimiento de habilidades que les permitan enfrentar los desafíos del mundo moderno. La inteligencia emocional y el pensamiento crítico son dos competencias fundamentales en este proceso, puesto que influyen en la capacidad de los estudiantes para gestionar sus emociones, resolver problemas y tomar decisiones fundamentadas.

Este estudio busca aportar evidencia sobre la conexión entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico, dos habilidades esenciales en la educación del siglo XXI. Comprender esta relación permitirá a docentes y gestores educativos diseñar estrategias pedagógicas que fomenten tanto el desarrollo emocional como la capacidad de análisis y reflexión en los estudiantes. Además, al promover una educación más integral, se contribuirá a la formación de individuos capaces de adaptarse a entornos cambiantes, resolver problemas de manera efectiva y construir interacciones sociales más empáticas y constructivas.

1. Fundamentación teórica

La inteligencia emocional, se refiere a la capacidad de una persona para reconocer, comprender y gestionar sus propias emociones, así como para identificar, interpretar y responder adecuadamente a las emociones de los demás. Este concepto, popularizado por Daniel Goleman, incluye habilidades como el autocontrol, la empatía, la motivación personal, la autorregulación emocional y las habilidades sociales. Estas competencias permiten a las personas manejar situaciones de estrés, resolver conflictos de manera constructiva y mantener relaciones interpersonales sanas y efectivas.

Además, la inteligencia emocional juega un papel fundamental en el ámbito educativo, laboral y personal, puesto que contribuye al bienestar psicológico y al éxito en diversas áreas de la vida. Las personas emocionalmente inteligentes suelen tomar decisiones más acertadas, tienen una mayor capacidad de adaptación y muestran un alto grado de resiliencia ante la adversidad. Por ello, su desarrollo desde edades tempranas se considera clave para formar individuos equilibrados, empáticos y socialmente competentes.

El pensamiento crítico es la capacidad de analizar, evaluar y emitir juicios razonados sobre la información, creencias o argumentos que se presentan en distintas situaciones. Este tipo de pensamiento requiere habilidades como la observación atenta, el razonamiento lógico, la interpretación adecuada de datos, la reflexión y la evaluación de evidencias. Un pensador crítico no acepta las ideas de manera pasiva, sino que cuestiona su validez, busca fundamentos sólidos y considera diferentes perspectivas antes de llegar a una conclusión. Esta habilidad es fundamental para la toma de decisiones informadas, la solución de problemas complejos y la participación activa y responsable en la sociedad.

Uno de los principales exponentes del pensamiento crítico es Richard Paul, quien desarrolló un marco teórico amplio sobre esta capacidad y fundó junto con Linda Elder la Foundation for Critical Thinking. Paul y Elder (2003; 2020), sostenían que el pensamiento crítico es esencial en la educación, puesto que permite a los estudiantes convertirse en aprendices autónomos, éticos y reflexivos. Según los autores, el pensamiento crítico no solo es una competencia intelectual, sino también un compromiso con la claridad, la precisión, la relevancia y la equidad. Su enfoque destaca que, para formar ciudadanos críticos, es necesario enseñar explícitamente el pensamiento crítico desde las aulas, integrándolo en todas las áreas del conocimiento y fomentando una actitud constante de cuestionamiento racional y responsable.

2. Metodología

Este estudio está tipificado como básico y de nivel descriptivo. Al respecto, el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (CONCYTEC, 2018) en el artículo 5, indica que el tipo de investigación básica se orienta a mejorar y ampliar el conocimiento por medio de la interpretación de elementos que fundamentan el fenómeno, las relaciones y hechos medibles establecidos por la organización. Sobre el nivel de investigación descriptivo Díaz-Narváez y Calzadilla (2016), señalan que es un nivel investigativo el cual se emplea cuando se pretende señalar los aspectos propios de una realidad, almacenando los datos para presentar respuestas diferentes ante grupos poblacionales específicos.

De igual forma, es una investigación realizada bajo un enfoque cuantitativo, el cual, Disman et al. (2017) explican qué se diferencia de los estudios cualitativos pues se hace un análisis numérico de las variables cuantificando los resultados del estudio. La investigación se trabajó bajo un diseño transversal no experimental; al respecto, Mohajan (2021) señala que este tipo de diseños se realizan sin manipular deliberadamente a la variable, de forma que el investigador identifica el comportamiento de estas sin que se altere modifique o transforme la realidad.

Disman et al. (2017), señalan que la población es un conjunto de elementos cosas o individuos que tienen un aspecto concordante y que representan el interés del investigador por estudiar, involucra su definición, noción y escogencia de acuerdo con la realidad observada. En este caso, la población seleccionada fueron 70 estudiantes del segundo año de secundaria de una institución educativa de Arequipa, Perú. La muestra fue de tipo censal, que es para Moreno (2017) la totalidad de la población determinada por el investigador, la cual es finita, accesible y pequeña siendo de fácil manejo para estudiar. El muestreo considerado en la investigación fue de tipo aleatorio probabilístico, el cual es donde la serie de elementos poseen similar posibilidad de participar en la muestra, es decir, todos sin ningún tipo de condicionamiento pueden ser parte de la muestra.

En la medición de las variables de investigación inteligencia emocional y pensamiento crítico, fue necesario aplicar la técnica de la encuesta, descrita por Moreno (2017) cómo uno de los métodos más empleados por las ciencias sociales, siendo dirigida a la muestra de investigación a través de un documento, que posee un conjunto de interrogantes diseñadas a partir de la operacionalización de las variables. Para la interpretación de los datos recabados a través de la técnica de la encuesta se empleó el programa estadístico SPSS versión 26, el cual es un software que lleva a cabo diferente análisis estadístico que se usan en la investigación y cuyos resultados se alcanzan en el menor tiempo posible.

En la validez de criterio, se tomaron en cuenta las dimensiones de las variables de estudio precisando las mismas para cumplir con los objetivos. En tal caso la inteligencia emocional se abordó desde cinco dimensiones y el pensamiento crítico desde cuatro dimensiones.

El proceso de análisis de los datos se siguió así: Luego de alcanzar la información por medio de la encuesta, los datos se categorizaron según sus dimensiones; posteriormente, los mismos se tabularon en una base de datos del programa de Microsoft Excel, que luego fue exportado al programa estadístico SPSS, lo cual permitió la realización de figuras y tablas estadísticas; seguidamente, se empleó la prueba de R de Pearson para comparar la relación entre las variables.

3. Pensamiento crítico es el arte de analizar y evaluar el pensamiento con el propósito de mejorarlo

Con la finalidad de alcanzar mejorar el pensamiento crítico, se formuló este estudio que se basó en determinar la relación entre la inteligencia emocional para el desarrollo del pensamiento crítico en estudiantes del nivel de secundaria de una institución educativa de Arequipa-Perú, cuyos resultados demostraron una relación moderada de r=0.621, con una significancia de p=0.00 menor al parámetro limite (p<0.05) entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en estudiantes del nivel de secundaria de esta institución educativa.

En este sentido, la inteligencia emocional y el pensamiento crítico se han conformado como ejes fundamentales en el contexto educativo, puesto que, se requiere la formación de educandos que tengan la capacidad de ser asertivos en su día a día, argumentando y juzgando desde una posición crítica ante un mundo globalizado que actualmente se caracteriza por retos y transformaciones vertiginosas. De manera que, llevar a cabo esta investigación permitió identificar el nivel de relación de estas variables para contar con una base científica que adapte los modelos educativos a la formación de educandos críticos, asertivos e inteligentes emocionalmente.

El análisis de la variable inteligencia emocional se realizó a partir de las dimensiones de: Autoconocimiento, la autorregulación, la motivación, la empatía y las habilidades sociales, quedando demostrado que el 47,1% de los estudiantes de secundaria presentan un nivel regular de inteligencia emocional; seguidos del 27,1% que presentaron bajos niveles de inteligencia emocional; mientras el 25,7% presento un alto nivel, tal como se puede observar en el Gráfico I.

Fuente: Elaboración propia, 2025.

Gráfico I: Nivel de inteligencia emocional

Castellví et al. (2019), lleva a cabo una investigación en donde afirma que se requiere identificar cómo el pensamiento crítico interactúa con las emociones en el contexto educativo, planteando que se da una relación doble entre la razón y la emoción, puesto que, el pensamiento posee un componente emocional relevante que incide en los diferentes procesos de aprendizaje, involucrando una enseñanza por cuánto las emociones son un condicionante del desarrollo del pensamiento crítico, deduciendo así que la inteligencia emocional y el pensamiento crítico presentan una relación proporcional y relevante para la educación.

El análisis de la variable pensamiento crítico se realizó a partir de las dimensiones de: Inferenciación, evaluación, comunicación eficaz y mente abierta, quedando demostrado que el 51,4% de los estudiantes de secundaria presentan un nivel regular de pensamiento crítico; seguidos del 27,1% que presentaron bajos niveles de esta variable; y, el 21,4% presentó un alto nivel, como se aprecia en el Gráfico II.

Fuente: elaboración propia, 2025

Gráfico II: Nivel de pensamiento crítico

Para reconocer la relación entre las variables fue necesario emplear el estadígrafo de R Pearson que establece niveles entre muy bajos (menor a 0,200) hasta un nivel alto (hasta 0.999); en tal sentido, en la Tabla 1, se muestra que el valor encontrado fue de r=0.621, manifestando una relación moderada entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en estudiantes del nivel de secundaria de una institución educativa de Arequipa en Perú.

Tabla 1

Hipótesis general

Valor

Error estándar asintóticoa

T aproximadab

Significación aproximada

Intervalo por intervalo

R de Pearson

0,621

0,045

7,420

0,000c

Ordinal por ordinal

Correlación de Spearman

0,632

0,045

7,620

0,000c

N de casos válidos

5

Nota: a. No se presupone la hipótesis nula; b. Utilización del error estándar asintótico que presupone la hipótesis nula; c. Se basa en aproximación normal.

Fuente: Elaboración propia, 2025.

Asimismo, los resultados analizados y encontrados de la significancia muestran un valor de p=0.00 menor al parámetro limite (p<0.05) dando a conocer una relación moderada entre la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en estudiantes del nivel de secundaria de una institución educativa de Arequipa, Perú.

Castro-Valle et al. (2023), presenta una investigación donde consideraron como muestra a un conjunto de estudiantes de secundaria para formular un programa del desarrollo del pensamiento crítico, empleando la inteligencia emocional determinando como hallazgo principal que los estudiantes presentan sus ideas tal y cómo surgen sin pensar en la repercusión de lo que indican, así como no consideran los efectos de sus comentarios ni las personas a quién pueden afectar, ante un problema no brindan soluciones efectivas y no es evidente una positiva incidencia en otros como apoyo ante la solución de los problemas, de manera que presenta como conclusión la importancia de aplicar un programa de inteligencia emocional para mejorar el pensamiento crítico.

En tanto, Yepes (2017) quien busca en su investigación la relación entre las disposiciones de pensamiento crítico y el desarrollo de la inteligencia emocional en estudiantes, encontró que luego de implementar un recurso didáctico en base al pensamiento crítico, permite mejorar notablemente la inteligencia emocional optimizando el desarrollo estudiantil que se manifiesta en mejores desempeños académicos. De igual manera, Sahanowas y Santoshi (2020) establece en su investigación basada en la disponibilidad del pensamiento crítico de los estudiantes, de acuerdo con su inteligencia emocional, que un mayor nivel de inteligencia emocional predispone al análisis y pensamiento crítico en los estudiantes.

Asimismo, Christianson (2020) presenta su investigación que pretenden aportar datos científicos sobre la relación de la inteligencia emocional y el pensamiento crítico de los estudiantes, determinando la interdependencia de estas variables, pues se comparten elementos comunes que indican que si la inteligencia emocional mejora, también la habilidad del pensamiento crítico se desarrolla en el estudiante. En tanto, AkbariLakeh et al. (2018) señala en su investigación que el pensamiento crítico tiene una importante y significativa asociación con las habilidades de inteligencia emocional, por lo que, la eficiencia y el éxito del sistema educativo se basarán en tomar en cuenta el desarrollo de estas habilidades en el proceso educacional.

Por su parte, Rosales (2019) demostró en su investigación que la inteligencia emocional y el pensamiento crítico tienen un nivel alto de correlación, de acuerdo al valor Rho de Spearman de 0.907; de manera que, si el estudiante tiene un elevado nivel de inteligencia emocional el pensamiento crítico ante situaciones que vive cada día será mucho mejor (Lee y Kim, 2018; Freire et al., 2019); es decir, que ante el contexto de las responsabilidades académicas la ausencia de realización de labores puede disminuir el pensamiento crítico y la inteligencia emocional, impidiendo la toma de decisiones adecuadas y la resolución de conflictos que se suscitan a diario.

Las conexiones fundamentales de la inteligencia emocional y el pensamiento crítico en el contexto educativo peruano; presentan una relación moderada entre ambas variables, con un coeficiente de correlación de Pearson de r=0.621 y una significancia de p=0.000, evidenciando la importancia de fortalecer estas habilidades en el ámbito educativo. La inteligencia emocional en estudiantes del nivel de secundaria de una institución educativa de Arequipa-Perú se encuentra a un nivel regular en el 47,1% de los estudiantes seguidos del 27,1% que presentaron bajos niveles y el 25,7% mostró un alto nivel. El pensamiento crítico en estudiantes del nivel de secundaria de una institución educativa de Arequipa-Perú, está a un nivel regular en el 51,4% de los estudiantes, seguidos del 27,1% que presentaron bajos niveles y el 21,4% un alto nivel.

Conclusiones

A partir de los hallazgos encontrados, se puede señalar que en el contexto educativo un mayor nivel de inteligencia emocional le brindará a los educandos mejor gestión y equilibrio de sus emociones y dónde el pensamiento crítico hará más dinámico el proceso educacional, que se da entre los estudiantes para que los mismos posean un papel protagónico y puedan analizar, interpretar y discernir oportunas decisiones ante el entorno, siendo dos habilidades fundamentales y trascendentales para la educación que potenciarán otras que se dan en el proceso educativo para que estos tengan un mayor desarrollo integral.

Finalmente, el pensamiento crítico tiene una correlación positiva con la inteligencia emocional y el rendimiento estudiantil, por lo que sí se mejora la inteligencia emocional proporcionalmente el pensamiento crítico de los estudiantes mejorará considerablemente, son múltiples los factores que pueden transformar y optimizar la calidad de vida de los estudiantes tanto en el contexto, familiar, educativo y social.

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