Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXXI, No. Especial 12, Julio-Diciembre 2025. pp. 379-394
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar: Santillán, D. I., Reinoso, G. G., Morales, V. B., y Minga, F. E. (2025). Habilidades blandas para una educación superior desde la perspectiva holística. Revista De Ciencias Sociales, XXXI(Especial 12), 379-394.
Habilidades blandas para una educación superior desde la perspectiva holística
Santillán Espinoza, Diego Iván*
Reinoso Muñoz, Germán Gonzalo**
Morales León, Vanessa Belén***
Minga León, Fadua Elizabeth****
Resumen
El debate actual en torno a la orientación pedagógica que se debe asumir en las aulas de educación superior para formar de manera holística al profesional del siglo XXI tiene, entre sus elementos más interesantes, la incorporación de habilidades blandas; es decir, más allá de las competencias técnicas y cognitivas, la formación universitaria debe potenciar habilidades comunicativas, trabajo colaborativo, inteligencia emocional y las relaciones interpersonales, entre otras. En tal sentido, la educación universitaria, tanto en Ecuador como en otras partes de Latinoamérica, debe priorizar la integralidad formativa para enfrentar los desafíos que el mundo laboral y social a diario plantea. En este artículo se interpretan los significados e importancia que han adquirido las habilidades blandas para una educación superior desde la perspectiva holística, particularmente, en el desempeño pedagógico. Se trata de una investigación descriptiva, afirmada en la hermenéutica crítica de teorías, autores, artículos e investigaciones ubicadas en motores de búsqueda reconocidos. Entre los hallazgos se ha evidenciado que la discusión teórica sobre este tema se concentra fundamentalmente en la necesidad de revalorizar una formación continua y recursiva que comprometa tanto a docentes como a los alumnos y a quienes formulan las políticas curriculares y diseñan los programas de formación universitaria.
Palabras clave: Habilidades blandas; formación holística; educación superior; competencias técnicas; desempeño pedagógico.
* Magíster en Seguridad Industrial, mención Prevención de Riesgos y Salud Ocupacional. Magíster en Matemática, mención Modelación y Docencia. Ingeniero Industrial. Docente en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Riobamba, Chimborazo, Ecuador. E-mail: ivan.santillan@espoch.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4213-1936
** Magíster en Proyectos de Desarrollo e Inversiones Rurales. Ingeniero Zootecnista. Docente en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Riobamba, Chimborazo, Ecuador. E-mail: german.reinoso@espoch.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4355-3700
*** Magíster en Química mención en Química – Física. Ingeniera Química. Docente en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Riobamba, Chimborazo, Ecuador. E-mail: vanessa.moralesl@espoch.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8047-1966
**** Magíster en Innovación Agraria para el Desarrollo Rural. Ingeniera en Manejo y Conservación del Medio Ambiente. Docente en la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Riobamba, Chimborazo, Ecuador. E-mail: fadua.minga@espoch.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5221-1326
Recibido: 2025-04-28 • Aceptado: 2025-07-16
Soft skills for higher education from a holistic perspective
Abstract
The current debate surrounding the pedagogical approach that should be adopted in higher education classrooms to holistically educate 21st-century professionals includes, among its most interesting elements, the incorporation of soft skills. That is, beyond technical and cognitive competencies, university education should enhance communication skills, collaborative work, emotional intelligence, and interpersonal relationships, among others. In this sense, university education, both in Ecuador and elsewhere in Latin America, must prioritize comprehensive training to face the challenges that the world of work and society poses daily. This article interprets the meanings and importance that soft skills have acquired for higher education from a holistic perspective, particularly in pedagogical performance. This is a descriptive study, based on the critical hermeneutics of theories, authors, articles, and research found in recognized search engines. Among the findings, it has been shown that the theoretical discussion on this topic focuses fundamentally on the need to revalue continuous and recursive training that involves both teachers and students and those who formulate curricular policies and design university training programs.
Keywords: Soft skills; holistic training; higher education; technical skills; pedagogical performance.
Introducción
La incesante búsqueda por alcanzar una educación superior que contemple la integralidad del ser humano entre sus metas formativas, ha provocado un resurgimiento de las propuestas teóricas y, especialmente, pedagógicas que abogan por el fortalecimiento de una enseñanza universitaria en la que, además de preparar a los alumnos para un mundo laboral –técnicamente muy competitivo–, le formen como ser social a partir de las habilidades blandas. Esto supone partir del principio, según el cual, un profesional solo está completo, en la medida en que es capaz de realizar tareas como la comunicación efectiva, la interacción recursiva y el trabajo en equipo, por nombrar solo algunas de esas habilidades.
En cuanto a la necesidad que tienen los estudiantes de educación superior –para formarse en términos de su desarrollo personal y emocional–, algunos autores afirman que esas competencias son, actualmente, indispensables para enfrentar con éxito el convulso mundo que les espera en el contexto profesional (Naranjo, 2019; Espinoza y Gallegos, 2020; Rabanal et al., 2020; Mendivil et al., 2023; Zambrano-Chamba et al., 2023). Está claro para los estudiosos de este tema, que la incursión laboral de los recien graduados no depende únicamente de su capacidad intelectual o técnica, mucha de esa competencia, se relaciona con atributos relacionados con la comunicación asertiva, adaptibilidad y las posibilidades de relacionarse empáticamente, de manera auténtica, equilibrando así el desarrollo personal y técnico.
Siendo así, es lógico que los modelos o enfoques pedagógicos en en el contexto universitario estén orientados a apuntalar la inteligencia emocional de los alumnos, a partir de la dialogicidad de las técnicas de enseñanza-aprendizaje, con énfasis en el significado que tienen los aprendizajes para la vida en general. De esta manera, tal como afirman Ramírez y Álvarez (2023), “las habilidades blandas dentro la educación superior se traducen a optimización de la misma, por cuanto permiten al individuo desarrollar capacidades que no son intrínsecas del área de conocimiento” (p. 6). No se trata de una moda curricular de algunas universidades latinoamericanas, aunque el contexto sí parece demandarlo.
Por supuesto, la relevancia que se pueda dar a las competencias sociales y comunicacionales en la formación universitaria, no deben disminuir –de ninguna manera– la fortaleza de las habilidades técnicas y científicas que requiere todo profesional universitario, por el contrario, quienes propugnan este modelo pedagógico (Almerich et al., 2020; Quispe et al., 2023; Pinedo-Castro, 2024), consideran que la intencionalidad es promover una visión humanística y transformadora para superar la instrumentalización del saber científico. En ese mismo orden de ideas, es evidente que la implementación de estrategias pedagógicas, que estimulen lo técnico y lo humano, demanda una mayor dedicación docente, asi como su formación continua.
La perspectiva holística en la educación superior, se muestra así, como la alternativa más pertinente para el desempeño docente debido a que permitirá que los alumnos puedan acceder a esa integralidad de la enseñanza y, por ende, un ejercicio profesional posterior, con mayores herramientas ante su campo laboral (López, 2018). Estas características dan cuenta de un enfoque que busca superar la segmentación del conocimiento, promoviendo en su lugar, un esfuerzo de síntesis entre la teoría y su aplicación, con la intermediación de la axiología. Sin embargo, aunque se ha avanzado bastante en relación con este estilo pedagógico, en la academia parece persistir la tendencia tradicional y cientificista de privilegiar la especialización o departamentalización de las experiencias formativas en los estudiantes universitarios.
Por otra parte, según autores como Bustamante (2020), la educación universitaria precisa la inclusión transversal de los enfoques afirmados sobre estilos de aprendizajes significativos y experienciales que formen para la socialización en ambientes laborales marcados por la competencia. Al respecto, Baena (2019) menciona como características fundamentales para el desarrollo de estrategias de aprendizaje experiencial, variables como la confianza, la comunicación, la cooperación y la diversión. Esa combinación, aunque no refiera a aspectos esencialmente curriculares, permitirán que los profesionales universitarios aprendan a compartir dejando ver sus puntos de vista y liderando procesos si así fuese necesario.
La perspectiva integral u holística, también aboga por otras estrategias de metodología activa orientada al desarrollo de habilidades blandas como son el aula invertida o el aprendizaje basado en proyectos. En cuanto a la primera, Silva y Maturana (2017); Cervantes et al., 2023; y, Peña et al. (2025), exaltan su idoneidad cuando se trata de desarrollar la disciplina del aprendiz para realizar actividades de preparación para su desempeño en el aula, en un esfuerzo para el aprendizaje autónomo. Así mismo, Bravo-Cobeña y Vigueras-Moreno (2021) reseñan al aula invertida como una estrategia para combinar la instrucción y los mecanismos propios de la educación digital. También en el elemento tecnológico, pero combinado con el aprendizaje activo, se detienen Domínguez y Palomares (2020), al considerar el aula invertida como una herramienta pedagógica de los tiempos actuales.
Respecto al aprendizaje basado en proyectos, Suniaga (2019) considera que la implementación de esta estrategia “sirve para desarrollar habilidades para la resolución de problemas, trabajo en equipo y pensamiento crítico” (p. 7), habilidades estas que complementan el currículo científico-técnico de todo profesional universitario. Bravo-Cobeña y Vigueras-Moreno (2021), también abordan esta estrategia de formación holística, subrayando que a partir de ella se “forma a estudiantes comprometidos y automotivados y permite que trabajen los diferentes estilos de aprendizaje donde sus principios se basan en la autenticidad, el gran rigor académico, aplicación, exploración, interacción y evaluación activa” (p. 469).
Ahora bien, en la universidad latinoamericana la discusión acerca de la pertinencia de las habilidades blandas también ha tenido resonancia y, a esto se refiere Torres (2022) cuando destaca cierto desplazamiento del enfoque curricular, fundado solamente en lo científico-técnico y la formación derivada de él. “Si bien estas habilidades, comúnmente conocidas como habilidades técnicas o duras, son esenciales para realizar tareas ocupacionales, son insuficientes por sí solas para que las personas alcancen el éxito en el lugar de trabajo” (p. 14). Poco a poco, la necesidad de un profesional integral se ha posesionado como el perfil deseado, tanto en el terreno de la administración pública como en el ámbito de las empresas privadas.
Sobre este tema, Armenta-Verdugo (2019) considera que avanzar hacia una educación holística que responda a la complejidad latinoamericana, exige una mayor cercanía entre las universidades y los empleadores, tanto públicos como privados. En ese contexto, refuerza la idea de otros autores (Gluyas et al., 2015; Quevedo, 2020; Gonzalez et al., 2023), quienes abogan por fortalecer el perfil social de los egresados universitarios considerando que el talento, acompañado de competencias para el trabajo en equipo, mejora la productividad y contribuye al crecimiento personal de quienes entran en esa sinergia colaborativa.
Martínez y Martínez (2020), al abordar la importancia que tienen las habilidades sociales en la formación académica universitaria, afirman que “las instituciones de educación superior tienen la responsabilidad, no solo de entregar a la sociedad profesionales técnicamente bien formados, sino también de entregar mejores personas (p. 17). Visto de esa manera, es importante que la discusión curricular trascienda la excelencia cientificista y se detenga en esos rasgos que hacen de las personas sujetos talentosos, pero también empatícos y capaces de contribuir con la sociedad en aquellas necesidades vinculadas al bienestar colectivo o comunitario.
Sin embargo, no se puede negar que aún existe cierta intransigencia en algunos sectores de la educación superior para integrar plenamente las habilidades blandas en las estrategias y actividades para la formación profesional, mayormente debido a la percepción de que estas habilidades son secundarias en comparación con el conocimiento técnico. Esta visión limitada ignora el hecho de que las habilidades blandas son complementarias y necesarias para aplicar eficazmente el conocimiento técnico en los contextos laborales concretos en los que tendrá que interactuar el graduado universitario.
En suma, la integración de las habilidades blandas en la enseñanza superior devela, a su vez, la aplicación de un enfoque holístico para la formación profesional, reconociendo la importancia de desarrollar al estudiante de manera integral, no solo en términos académicos, sino también en aspectos emocionales, sociales y éticos. Las instituciones educativas que adoptan esta perspectiva, fomentan un ambiente de aprendizaje que alienta a los estudiantes a explorar sus cualidades humanisticas, mediante el desarrollo de actividades extracurriculares e interacciones dialógicas proyectadas a su entorno. De acuerdo a los planteamientos de Cortijo et al. (2023), la visión holistica de la formación profesional, no solo mejora las competencias individuales, sino que además crea comunidades más cohesivas y resilientes dentro de la Universidad.
En ese marco de reflexión, en este artículo de investigación se plantea como objetivo una aproximación teórica, filosófica y axiológica a las habilidades blandas en el contexto general de una educación superior de carácter holístico. Se propone una profundización en algunos autores o corrientes intelectuales que han llamado la atención acerca de la necesidad de buscar respuesta ante el agotamiento de la pedagogía tradicional, planteando así, una transformación interna que favorezca la adaptabilidad, no reactiva, sino propositiva de quienes egresan actualmente de las instituciones de educación superior.
Metodológicamente, el texto del artículo es el resultado de la aplicación de la hermenéutica crítica a la producción intelectual que se ha encontrado en torno a la temática planteada, revalorizando aquellos productos que orientan la construcción de un marco de significaciones o conceptos que deben guiar el desarrollo de una educación universitaria sustantivamente integral. Así, en un primer momento y como parte de esa hermenéutica, se examinan algunos conceptos básicos respecto a las habilidades blandas enmarcadas en la pedagogía propia de la educación superior desde la perspectiva holística, luego se explica el proceso metodológico y, como cierre, se esgrimen algunos resultados de la discusión y los resultados.
1. Fundamentación teórica
1.1. Aproximación teórica a las habilidades blandas
La transformación de la educación superior en los últimos años, no solo obedece al hecho trágico que significó la pandemia del Covid-19, sino a la importancia que adquirió la tecnología dentro de todas las profesiones; también es el resultado de las demandas de humanización del trabajo, requiriendo cada vez más, habilidades comunicaticas y de socialización en los egresados universitarios. Se trata de cambios educativos y curriculares, que se articulan con esa visión emergente de un mejor ser humano, cuya preocupación ya no solo es graduarse y obtener un trabajo bien remunerado, sino contribuir a la preservación del planeta y la construcción de una sociedad sustentable y sostenible.
Al respecto, la inclusión del debate sobre competencias para una socialización armoniosa, dentro y fuera del ámbito laboral, se ha reactivado particularmente en América Latina. Por habilidades blandas, la mayoría de los autores se refieren a capacidades para la comunicación e interacción interpersonal que refuerzan o complementan las habilidades científico-técnicas, propias de cada profesión (Fiszbein et al., 2016; Diaz y Cabra, 2019; Zambrano-Chamba et al., 2023). En el contexto de estos rasgos se incluyen la empatía, trabajo en equipo, liderazgo, adaptabilidad y pensamiento crítico, los cuales han sido tomados como aspectos indispensables en la formación para un ingreso y permanencia exitosa en el mundo laboral, puesto que los empleadores las valoran como promotores de la productividad y el clima laboral favorable.
En su concepción teórica original, las habilidades blandas también se relacionan con la capacidad que puedan adquirir los alumnos en cuanto a la inteligencia emocional (Rodríguez, 2020; Juárez, 2021). En relación con la importancia de la gestión emocional como competencia a desarrollar entre los profesionales universitarios, estos autores recuerdan que esa habilidad es fundamental a la hora de construir relaciones laborales sanas y recursivas, en las que los grupos avanzan en un ambiente de mayor armonía, sin sacrificar el valor del pensamiento crítico y la autonomía para la toma de decisiones.
Siendo habilidades relacionadas con la generalidad de la formación universitaria suelen ser más imprecisas a la hora de incorporarlas en el proceso de enseñanza aprendizaje, llegando a ser menospreciadas por algunos docentes de la educación superior. De hecho, en virtud de esa amplitud conceptual con la que a veces se definen las habilidades blandas, algunos autores, entre ellos, Bravo-Cedeño et al. (2024) prefieren clasificarlas para poder profundizar en sus dimensiones al tiempo que incorporan sugerencias para promoverlas desde las estrategias pedagógicas docentes.
En esa discriminación teórica que exhibe la clasificación de las habilidades blandas, se logra incorporar los principales aportes de las teorías del aprendizaje que lógicamente asocian estas competencias con el aprendizaje significativo, el aprendizaje por proyectos o las competencias dialógicas. Respecto a este tema, la creciente complejidad de los problemas sociales y laborales exige un nuevo enfoque que priorice la formación emocional y social, y de allí parte la clasificación de habilidades blandas esenciales planteada por Bravo-Cedeño et al. (2024), que se muestra en el Cuadro 1.
Cuadro 1
Hablidades blandas esenciales
Tipo de competencia |
Capacita para |
Comunicación efectiva |
Transmitir ideas de manera clara y persuasiva, tanto de forma oral como escrita, además de la habilidad para escuchar activamente y responder de manera constructiva |
Trabajo en equipo |
Colaborar con otros hacia un objetivo común, respetando las diferencias individuales y contribuyendo al éxito colectivo |
Resolución de problemas |
Identificar problemas, analizar información relevante, desarrollar y evaluar soluciones alternativas y tomar decisiones efectivas |
Liderazgo |
Inspirar y motivar a otros, dirigir equipos, tomar decisiones estratégicas y asumir responsabilidades |
Pensamiento crítico |
Analizar hechos, generar y evaluar evidencias y elaborar juicios razonados para comprender y resolver problemas |
Fuente: Bravo-Cedeño et al. (2024).
1.2. Educación Superior Holística
Actualmente, una educación superior que se preocupa por la capacitación de los estudiantes en lo que respecta a sus habilidades sociales, no solo es pertinente por su orientación humanística, sino que es parte de lo que se requiere en la actualidad para tener mayores posibilidades de ingresar y mantenerse con éxito en el mercado laboral. En esa perspectiva, el enfoque holístico revaloriza el papel de las emociones esgrimiendo la necesidad de atenderlas como un indicador de calidad educativa, tanto como pueden serlo los contenidos curriculares técnicos y tecnológicos. En palabras de Bisquerra (2005): “La educación debe preparar para la vida o dicho de otra forma: toda educación tiene como finalidad el desarrollo humano” (p. 96).
Si se parte de estas ideas, desde hace ya algunos años, la educación intenta equilibrar los elementos cognitivos del currículo con el desarrollo emocional de quienes se forman y, como parte protagónica de ese proceso, también se ha aflorado la necesidad de los profesores de asumir sus emociones como un elemento más de los procesos académicos de que se hace cargo. Y es que, si el profesorado actúa bajo los axiomas fundamentales de la educación emocional, impulsará desde su accionar una formación humanística integral que, en un amplio espectro, no solo forma académicamente, sino también para superar otras circunstancias que actualmente aquejan a los seres humanos, como la violencia de género, la ansiedad, el debilitamiento de los lazos colectivos, entre otros.
Así mismo, que la educación actual busque formar desde el humanismo, tomando en cuenta las habilidades socioemocionales, puede no ser tan nuevo, pero es importante que, particularmente en Ecuador, los procesos de formación universitaria y, concretamente, los docentes y tutores, consoliden su labor como un instrumento que va más allá de lo académico, alineada a la superación de los dilemas sociales y éticos de la sociedad global a la cual pertenece el país. Es preciso superar definitivamente la idea de la educación moderna según la cual hay que separar los procesos de cognición de las competencias socioemocionales, reforzando el pensamiento crítico como parte fundamental de la preparación universitaria.
Ahora bien, la formación universitaria con una perspectiva holística se muestra cada vez más pertinente en un contexto donde las decisiones individuales pueden tener repercusiones globales, por lo que es crucial que los futuros profesionales desarrollen una conciencia crítica sobre sus relaciones y responsabilidades en la sociedad. Tanto los docentes como los estudiantes, requieren asumir este enfoque para que, al tiempo que los perfiles desarrollan los conocimientos, también se difunda la necesidad de aplicar estos conocimientos de manera ética y sostenible, con una visión que busca el mejoramiento colectivo, en el presente, pero esencialmente de cara al futuro.
Otra característica esencial de una educación superior holística es la atención al bienestar emocional e intelectual de los estudiantes, precisamente en el entendido de la integralidad formativa. Diversos e interesantes estudios han demostrado que el bienestar psicológico tiene un impacto significativo en el rendimiento académico y la formación profesional de los estudiantes (Parra et al., 2015; Casiano et al., 2024; Nogueira, 2024). De esta manera, un entorno educativo que apoya el bienestar emocional de los estudiantes, potencia los aspectos cognitivos y, además, no solo mejora su calidad de vida, sino que también fortalece su capacidad para aprender y prosperar en su futura carrera.
Desde el punto de vista teórico, la educación holística también se ubica en el marco interpretativo de la inter y transdisciplinariedad de manera que se pueda ir más allá de las fronteras que imponen las disciplinas. Tal como plantea González (2017): “El proceso educativo holístico, como experiencia de vida, trasciende la fragmentación característica de los sistemas mecanicistas convencionales que no toman en cuenta el carácter histórico-social de los educandos” (p. 57). En las aulas de educación superior, es importante entonces, que se trabaje la capacidad de los futuros profesionales, tanto para avanzar académicamente como en su estructura emocional, en su capacidad para sentir y sentirse parte de un grupo humano donde lo que más abunda son las imperfecciones y que con ellas hay que aprender a vivir.
Esta novedosa preocupación por la dimensión socioemocional del ser humano puede venir impulsada por las sensaciones o la atmósfera social que se ha generado como consecuencia de la tecnologización de las relaciones sociales. Hoy, más que en cualquier otra época, parece prevalecer la objetivación de la interacción social, ya no como una consecuencia lógica de un modelo civilizacional como el capitalista, sino como una nueva cultura en la que la gente, a pesar de contar con más medios para comunicarse y estar cerca, se aleja más de las personas y de su contexto social.
2. Metodología
El proceso metodológico en el que se enmarca este artículo se puede considerar de carácter cualitativo, el tipo de investigación descriptiva, hermenéutica y documental que transita una serie de fases o momentos debidamente articulados entre sí. Por esto, en un primer momento se realizó una búsqueda preliminar en los principales motores de búsqueda de investigación científica, tales como Scopus, Scielo, Dialnet y Redalyc, guiados por las categorías de análisis relativas a las habilidades blandas y su importancia para una formación universitaria integral y holística. A esa búsqueda inicial, siguió la selección de aquellos documentos alineados con el objetivo de la investigación y con los criterios de inclusión y exclusión que se ilustran en el Cuadro 2.
Cuadro 2
Criterios de inclusión y exclusión en la exploración documental
Criterio |
Descripción |
Correspondencia y pertinencia temporal |
Se trabajan textos producidos en los últimos 10 años, tanto por el grado de actualidad como por la sostenibilidad del enfoque y los conceptos a lo largo del tiempo. Se excluyen aquellos textos que están fuera del periodo preferido, aunque, de forma extraordinaria y, según lo significativo de los planteamientos, se puedan incluir algunos documentos que no cumplan con el periodo temporal. |
Correspondencia y pertinencia temática |
Se trabajan con aquellos textos cuyos autores declaran, en el objetivo de investigación, su interés por las habilidades blandas y la educación universitaria holística. |
Correspondencia contextual |
Se prefieren aquellos documentos en los que los autores se detienen en procesos de la educación superior para el caso de Latinoamérica y las formas en que se presenta la inclusión de las habilidades sociales o blandas en ese contexto. |
Fuente: Elaboración propia, 2025.
En congruencia con esa orientación metodológica, el proceso crítico- hermenéutico implicó la interpretación de algunos planteamientos teóricos de las investigaciones y autores que fueron seleccionados de acuerdo con los criterios expuestos en el Cuadro 1. Es el hecho que la interpretación realizada acerca de lo planteado por los autores o las teorías, puede encontrarse a lo largo del contenido del artículo, esencialmente en los fundamentos teóricos, la discusión de resultados y la presentación de las conclusiones. Sin embargo, en el Cuadro 3 se presenta la discriminación analítica de los documentos encontrados, según sitios de búsqueda, tiempo y criterio de inclusión.
Cuadro 3
Discriminación analítica de los documentos encontrados
Motor de búsqueda |
Criterio que cumple |
Total |
||
Correspondencia y pertinencia temporal |
Correspondencia y pertinencia temática |
Correspondencia contextual |
||
Scopus |
5 |
5 |
5 |
15 |
Scielo |
3 |
- |
- |
3 |
Dialnet |
2 |
- |
- |
2 |
Redalyc |
2 |
3 |
- |
5 |
Total |
12 |
8 |
5 |
25 |
Fuente: Elaboración propia, 2025.
Aunque la selección puede parecer cuantitativamente pequeña, es necesario afirmar que lo importante en este tipo de investigaciones responde a la necesidad de llegar a lo que se conoce metodológicamente como punto de saturación temática; esto es, el momento en que el investigador determina que los autores o documentos comienzan a presentar redundancia temática o analítica y se considera que se ha alcanzado satisfactoriamente el objetivo de investigación propuesto, en este caso, la comprensión de los significados e importancia que han adquirido las habilidades blandas para una educación superior desde la perspectiva holística, particularmente, en el desempeño pedagógico.
3. Resultados y discusión
En este apartado, se contrastan parte de los hallazgos ya desarrollados en la investigación documental y los discursos-textos de diferentes autores, concretando algunos conceptos o planteamientos que lucen de mayor importancia a la luz del objetivo general propuesto en el artículo. En ese orden de ideas, como fundamento de la producción intelectual encontrada en las fuentes especializadas, en la Figura I se presenta una síntesis hermenéutica de los principios filosóficos, pedagógicos y psicológicos de las habilidades blandas para la educación superior.
Fuente: Elaboración propia, 2025.
Figura I: Principios que sustentan el desarrollo de las habilidades blandas en la educación superior
Aunque puede variar según la literatura que se tome como referencia, en general el desarrollo de las habilidades blandas en el proceso formativo que implica la educación superior, reposa sobre ciertos principios filosóficos, pedagógicos y psicológicos. Desde la óptica filosófica, se concibe que la formación profesional debe estar orientada por preceptos humanísticos que, más allá de prepararse para el ejercicio de una determinada profesión, debe llevar a los alumnos a revalorizar su papel como persona en interacción con otros seres humanos (Villegas et al., 2019). Específicamente, este principio alude al desarrollo integral de la personalidad y la visión humanística.
En cuanto a la concepción pedagógica, las habilidades blandas se asocian con la necesidad de reforzar las competencias para la comunicación, especialmente la interacción dialógica, así como la creación y/o generación de espacios para los aprendizajes significativos, robusteciendo así la perspectiva utilitaria que necesariamente tiene el ejercicio profesional. Por último, psicológicamente, la promoción de las habilidades blandas procura que la educación superior no se divorcie de la idea de formar para la autorrealización y una vida plena que se desarrolle en el contexto del respeto propio y para los demás.
Ahora bien, la identificación de las teorías, autores o tendencias relacionados con la importancia del desarrollo de habilidades blandas para una educación superior desde la perspectiva holística presenta varios escenarios, pero fundamentalmente se encuentra un debate interesante con relación a cuáles son esas habilidades que, en pleno siglo XXI, representan la esencia de una formación profesional proclive al éxito. Al respecto, en el Cuadro 4 se presentan algunos autores que discriminan o clasifican dichos rasgos, con la intención de evidenciar su notoriedad en la educación universitaria.
Cuadro 4
Registro documental de autores y habilidades blandas que sugieren imprescindibles para una formación holistica
Fuente (autor-año-título del documento) |
Habilidades para una formación holística |
Fuentes et al. (2021). Evaluación de las habilidades blandas en la educación superior. |
Liderazgo, Conciliación, Iniciativa, Organización, Trabajo en equipo y Resiliencia |
López (2023). Coaching educativo en las habilidades blandas en docentes de educación superior. |
Trabajo en equipo, Liderazgo, Empatía y, Gestión de conflictos |
Rodríguez et al. (2021). Habilidades y el desempeño docente en el nivel superior de la educación. |
Adaptabilidad, Responsabilidad, Comunicación, Desarrollo de los demás y acceso y gestión eficaz de la información |
Hermoza et al. (2025). Gestión educativa y habilidades blandas en institutos superiores tecnológicos: Revisión sistemática |
Comunicación efectiva, Trabajo en equipo, Resolución de problemas, Empatía, Pensamiento crítico y Adaptabilidad al cambio |
Zambrano et al. (2024). Las habilidades blandas y estrategias pedagógicas docentes en estudiantes universitarios |
Comunicación efectiva, Trabajo en equipo, Resolución de problemas, Adaptabilidad, Inteligencia emocional. |
Lozano et al. (2022). Habilidades blandas una clave para brindar educación de calidad: revisión teórica |
Habilidades comunicativas, Trabajo en equipo, Resolución de problemas y Administración del tiempo. |
Canossa (2019). Habilidades blandas en el estudiantado universitario y la empleabilidad en Costa Rica |
Trabajo colaborativo, Comunicación, Liderazgo, Creatividad, Habilidad hacia el aprendizaje, Habilidad para la toma de decisiones, Adaptabilidad y habilidad para el manejo de las emociones. |
Acuña et al. (2024). Integración de las Habilidades Blandas y su Impacto Laboral en los Estudiantes de Educación Superior en el Periodo 2023-2024 |
Liderazgo, Creatividad, Iniciativa, Comunicación asertiva y la Resolución de conflictos. |
Romero et al. (2021). Habilidades blandas en el contexto universitario y laboral: Revisión documental |
Liderazgo, La comunicación, Trabajo en equipo, Empatía, Asertividad, Planeación, Gestión del tiempo y la ética. |
Sánchez y Hernández (2022). Desarrollo de habilidades blandas como estrategia para la colocación laboral de los universitarios |
Creatividad, Trabajo en equipo, Comunicación asertiva, Toma de decisiones, Manejo de las emociones y Resiliencia. |
Fuente: Elaboración propia, 2025.
Al analizar los documentos incluidos en el Cuadro 4, se evidencia la rápida expansión de los estudios que profundizan en la necesidad de fortalecer una formación universitaria transdisciplinaria e integral, que se consolide de cara a la complejidad de un siglo, cuyo signo parece ser la deshumanización. Frente a eso, los autores destacan la urgencia de impulsar un perfil profesional que le permita a los egresados universitarios conectar rápidamente con el mercado laboral; pero, al mismo tiempo, mantener su vocación para acciones eminentemente humanas, como es el trabajo colaborativo, la resiliencia y la gestión emocional.
Ahora bien, el proceso de inclusión formal de las habilidades blandas en el ámbito de la educación superior requiere una formación particular de los profesores que deben adecuar sus estrategias pedagógicas para motivar a unos alumnos que llegan a la universidad, con una orientación marcadamente academicista y la idea revalorizada en los niveles educativos precedentes, de la necesidad de desarrollar competencias científico-técnicas para un mejor ejercicio de una profesión.
Frente a esa circunstancia, el profesorado que labora en la educación superior, necesita implementar ciertas estrategias pedagógicas que reviertan esa visión estereotipada de las profesiones y, en tanto, debe adecuar su ejercicio pedagógico. En el Cuadro 5, se registran algunos documentos ubicados en la investigación documental, referidos a esa dimensión específica.
Cuadro 5
Registro documental de autores que sugieren algunas estrategias pedagógicas para promover las habilidades blandas en educación superior
Fuente (autor-año-título del documento) |
Estrategias pedagógicas para promover las habilidades blandas en educación superior |
|
Zepeda et al. (2022). Estrategias para el desarrollo de habilidades blandas a partir del aprendizaje basado en proyectos y gamificación |
De acuerdo con estos autores, una opción para apuntalar el desarrollo de las habilidades sociales en educación superior es implementar actividades basadas en la gamificación y la ejecución de micro proyectos que tengan una orientación teórico-práctica |
|
Rosario (2023). Estrategia didáctica para fortalecer las habilidades blandas en estudiantes de pregrado de universidad privada de Lima |
La autora considera necesario organizar y ejecutar actividades de interacción dialógica, basadas en la autoconfianza, la comunicación asertiva, el trabajo colaborativo y la negociación de conflictos |
|
Toledo y Sánchez (2018). Aprendizaje basado en Proyectos: Una experiencia universitaria |
Los autores asumen que las habilidades sociales se desarrollan de manera permanente, siempre y cuando los estudiantes transiten por experiencias académicas que les exijan poner en práctica la gestión de información y comunicación en contextos de investigación |
|
Vásquez et al. (2023). Desarrollo de habilidades blandas mediante aprendizaje basado en proyectos en educación superior |
En este texto, los autores afirman que el aprendizaje basado en proyectos puede ser un método eficaz para desarrollar habilidades sociales en estudiantes y que se debe incorporar en los planes de estudio en la educación superior |
|
Barrero (2020). La importancia de las habilidades blandas en la docencia universitaria |
Para esta autora, el desarrollo de las habilidades blandas en la educación superior, pasa por promover las emociones positivas a partir de actividades que fortalezcan competencias como el liderazgo, la promoción social y el trabajo colaborativo |
Fuente: Elaboración propia, 2025.
En general los autores no separan las estrategias pedagógicas para la formación profesional específicas de cada profesión, de la formación socioemocional que prepara a los profesionales para la convivencia armónica en los espacios laborales, los cuales se deben enfocar como escenarios dialógicos, en cuyos contextos, los profesionales tienen que aprender a gestionar tanto las habilidades duras, como las relaciones interpersonales. De cualquier manera, se tiene preferencia, según los hallazgos de esta sección de la investigación, por aquellas estrategias que demandan la complementariedad entre el perfil sociohumanistico y el científico-técnico.
Conclusiones
En la actualidad se presenta un resurgir de la demanda social para una educación universitaria con pertinencia social y perfil humanístico, en medio de una creciente tecnologización de la enseñanza y el aprendizaje. Así, al examinar la creciente producción científica sobre el tema de las habilidades blandas para una formación holística, quedan en evidencia la variedad de autores y propuestas que se han enarbolado para contribuir a ese perfil necesario en el profesional del siglo XXI. De hecho, el desarrollo de habilidades blandas se ha convertido en una necesidad imperante dentro de los programas de educación superior incluyendo competencias como la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la empatía y la resolución de conflictos.
Desde una perspectiva holística, la integración de estas habilidades en la educación superior puede transformar la experiencia educativa y preparar a los estudiantes para un entorno laboral cada vez más complejo y multidimensional. Atendiendo al objetivo del artículo, referido a los significados e importancia que han adquirido las habilidades blandas para una educación superior integral, en el cuerpo del artículo se refrenda una marcada preocupación por darle un mayor protagonismo curricular a las habilidades sociales en el estudiantado universitario, remarcando la importancia que algunos empleadores dan a competencias como el manejo de los conflictos y la gestión de las emociones.
Así mismo, se presenta una variedad de planteamientos que profundizan en la necesidad de adecuar las estrategias pedagógicas para trascender, desde las aulas universitarias, la persistencia del enfoque academicista, abriendo espacios para potenciar las metodologías activas de la enseñanza, así como la re-creación de espacios para una interacción dialógica dentro y fuera de las aulas universitarias, en apuesta por una vinculación socio-productiva humanística que reposicione el papel de los egresados en la construcción curricular de las profesiones. Urge una mayor cercanía entre las experiencias de vida que tienen los alumnos, el saber científico-técnico de los docentes y la vida comunitaria.
De lo que se trata, en definitiva, es de construir una educación universitaria con rostro humano, en donde los protagonistas están, tanto dentro como fuera del claustro universitario, consiguiendo así la integralidad formativa que exige la perspectiva holística de la educación. Ciertamente, los rasgos que consolidan en los profesionales las habilidades blandas, solo adquieren significado en la medida en que se practican en los espacios sociales reales o concretos, ya sea dentro de las organizaciones y empresas como en la vida cotidiana de las comunidades.
Quedan, eso sí, varios aspectos por cubrir en el contexto general de lo planteado para este estudio, cuya mayor limitación ha sido la dificultad para reducir la amplitud teórica del tema, para que puedan visualizarse las relaciones concretas entre la educación universitaria holística y las competencias propias del ejercicio profesional. En futuras investigaciones, es preciso profundizar, mediante estudios de caso, las diversas formas en que las habilidades blandas abren espacios para la realización laboral de los egresados, confirmando su valor de cara a la concreción de una mayor y mejor calidad de vida posuniversitaria.
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